Últimamente le he cogido gusto a utilizar las costillas de cerdo. Son baratas y sirven para todo, bien sea para preparar un arroz meloso con costillas y ajos tiernos o unas costillas de cerdo con salsa cajún, una deliciosa salsa picante que haría revivir a un muerto, no por picante, que no lo es tanto, sino por sabrosa.
La clave para que esta receta salga bien es la planificación, ya que conviene dejar las costillas macerar con la salsa la noche anterior, y también hay que tener en cuenta que, para que no resulten correosas al comer, hay que hornearlas durante más de una hora a baja temperatura. Así que no es una receta para improvisar.
Aunque preparar las costillas de cerdo con salsa cajún requiere su tiempo, es una receta fácil, ya que todos los pasos son sencillos. Simplemente es que hay prever con un poco antelación cuando queremos prepararla.
Lo primero que haremos será preparar la salsa cajún: para ello añadimos todos los ingredientes de la salsa en la fuente de la batidora y picamos hasta que quede una salsa ligada ligeramente espesa, pero no en exceso.
Una vez tenemos la salsa, colocamos las costillas de cerdo en una bandeja y las embadurnamos bien con la salsa. Podemos separar las costillas con ayuda de un cuchillo o embadurnar el costillar entero. A mi me gusta más la primera opción porque así se impregnan mejor y luego se comen más fácilmente, pero eso cada cual. Tapamos la bandeja con papel film y las dejamos que pasen la noche en la nevera, o al menos un par de horas.
Ahora que ya tenemos las costillas bien maceradas, es el momento de añadir unas patatas y un poco de cebolla en la bandeja, tapar con papel de aluminio y hornear a 175ªC durante una hora. A la hora quitamos el papel de aluminio, subimos la temperatura a 225-250ºC y horneamos durante media hora más. Si nos ha sobrado un poco de salsa del día anterior, podemos pintar las costillas y las patatas con ella a los 15 minutos de hornear, para que no se sequen.
Con qué acompañar las costillas de cerdo con salsa cajún
Las costillas de cerdo con salsa cajún están para chuparse los dedos, literalmente, porque la salsa las impregna de tal manera que no podremos evitar mancharnos, y la verdad, sería un desperdicio limpiarse esa salsa con una servilleta, con lo deliciosa que está.
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