Name: Costillas de cerdo glaseadas con salsa Hoisin, receta
Prep time: 10 min
Cook time: 1 h 30 min
Total time: 1 h 40 min
Yield: 2
Cuisine: española
Ingredients: 1count Costillar de cerdo; Salsa Hoisin; 10g Jengibre molido; Sal; Pimienta negra molida

Tras probar la salsa Hoisin el otro día para hacer unas gambas al limón me quedé con ganas de saber cómo le sentaría la que se conoce como la salsa barbacoa china a la carne, y que mejor carne que el cerdo, fiel amigo de la barbacoa, para preparar estas costillas de cerdo glaseadas con salsa Hoisin.

Tenía miedo de que dado el sabor intenso de esta salsa, más aún que la barbacoa que todos conocemos, acabara siendo demasiado para las costillas, pero el resultado final es absolutamente espectacular, aunque sin duda no apto para paladares de gustos delicados. Me estoy enamorando de esta salsa.

Ingredientes

Para 2 personas

Costillar de cerdo 1
Salsa Hoisin
Jengibre molido 10 g
Sal
Pimienta negra molida

Cómo hacer costillas de cerdo glaseadas con salsa Hoisin

Dificultad: Fácil

Tiempo total 1 h 40 m
Elaboración 10 m
Cocción 1 h 30 m
Reposo 1 h

El proceso para conseguir estas apetitosas costillas de cerdo glaseadas con salsa Hoisin es sencillo, aunque no rápido. Empezamos separando las costillas del costillar y salpimentándolas, añadimos también el jengibre y embadurnamos con abundante salsa Hoisin. Colocamos las costillas en una fuente para hornear en la que quepan justitas y dejamos reposar con la salsa al menos una hora.

Transcurrido este tiempo, tampamos la fuente con papel de aluminio y horneamos durante una hora a 175ºC, pintando de nuevo las costillas y volteándolas cada 20 minutos. Por último, quitamos el papel de aluminio, subimos la temperatura a 250ºC y horneamos de 20 a 25 minutos más, volteando las costillas a los 10 minutos, hasta que se hayan acabado de glasear. Servimos caliente.

Con qué acompañar las costillas de cerdo glaseadas con salsa Hoisin

Como he dicho al principio, las costillas de cerdo glaseadas con salsa Hoisin están espectaculares. Sabrosas como ellas solas gracias al intenso sabor que aporta la salsa, pero también gracias al toque del jengibre y el glaseado. Salivo solo de recordarlas.