Hoy un plato clásico de mi tierra de adopción, Asturias, un guiso de pitu de caleya con patatinas para reconfortar cuerpo y alma. Y es que me encantan estas recetas tradicionales de estofados que, generación tras generación, se van transmitiendo en cada familia, reconfortantes y deliciosos, como el más humilde guiso de patatas con carne de la abuela.
Pero muchos os estaréis preguntando qué demonios es eso del pitu de caleya. Pues son pollos de aldea que se caracterizan por sus carnes rojas y prietas, que se sacrifican con un año de vida aproximadamente y que se alimentan en libertad solo de maíz, trigo y lombrices. Otra de las características de la carne de pitu de caleya es su sabor, mucho más intenso y sabroso que los pollos de granja de consumo habitual. Como es una cría tradicional de esta región, si no tenéis oportunidad de conseguirlo, prepararlo con un buen pollo campero que encarguéis a vuestro carnicero de confianza.
Ingredientes
- Pollo de corral o piptu de caleya de unos 3 kilos 1
- Cebolla medianas 5
- Cabeza de ajos 1
- Pimiento verde grande 1
- Pimentón dulce (1 pizca) 2 g
- Jerez seco 250 ml
- Coñac 200 ml
- Harina de trigo
- Sal
- Patata nueva 12
- Aceite de oliva virgen extra abundante
Cómo hacer guiso de pitu de caleya con patatinas
- Tiempo total 3 h 20 m
- Elaboración 20 m
- Cocción 3 h
- Reposo 12 h
Trocear el pollo en octavos, echarlo en un bol con los dientes de ajo pelados y la mitad del Jerez seco. Dejarlo en adobo durante una noche. Al día siguiente escurrir la carne, secarla con papel de cocina, salarla y pasarla ligeramente por harina sacudiendo el exceso. Poner una sartén con el aceite y freír el pollo hasta que esté ligeramente dorado. Reservar.
En una cazuela añadir la mitad del aceite de freír y echar la cebolla y el pimiento verde picado en trozos menudos. Añadir los ajos y la carne y dejar que se poche todo a fuego lento hasta que veamos dorada la cebolla. Echar la pizca de pimentón y revolver. Añadir el vino restante y el del adobo, dejándolo cocer durante hora y media vigilando que no se pegue.
Cuando pase el tiempo, añadir el coñac y dejar cocer otra hora y media más, a fuego suave. En caso de que se consumiera el líquido ir echando pequeños pocillos de agua para mantener la salsa.
Cuando falten treinta minutos ir friendo en el aceite que nos había sobrado, las patatitas nuevas hasta que se doren. Escurrirlas y echarlas al guiso para que se terminen de hacer en él.
Con qué acompañar el pitu de caleya
El guiso de pitu de caleya con patatinas hará que recordéis a los platos de carne de antes, cuando el pollo se criaba con tiempo, paciencia y buenos alimentos. Y en el caso de que no os animéis a prepararlo, no dejéis de probarlo si alguna vez viajáis a Asturias, puesto que es un plato delicioso. No necesita más acompañamiento que un buen pan de miga sabrosa para mojar. Y si hay hueco, arroz con leche de postre.
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