La frita es uno de los platos más populares de La Habana. Aunque es más parecido a nuestro filete ruso, se sirve en pan de hamburguesa, con kétchup, patatas fritas (que en Cuba se colocan dentro del bocadillo) y cebolla.
Según explican Madelaine Vázquez Gálvez e Imogene Tondre en el libro Cuba gastronomía (Phaidon), del que hemos extraído la receta, la frita fue una creación de Sebastián Carro, un española que vendía carbón hasta que, en la década de 1940, abrió un puesto de comida en la intersección de las calles Zapata y A, en el barrio de Vedado de La Habana.
Su bocado se hizo tremendamente popular y se extendió por todo el país, convirtiéndose en el plato callejero por excelencia de toda la isla.
A la hora de elaborar este plato hay que tener en cuenta que se trata de una falsa hamburguesa: su consistencia es mucho más suave (debido a la leche) y, por tanto, más difícil de manipular. Las fritas quedan pequeñas para los panes de hamburguesa habituales en España. Hay varias alternativas: meter dos piezas por pan, usar pan de minihamburguesas o comerlos como un filete ruso normal y corriente, sin pan. Esta opción la probé después de hacer las fotos y diría que es ganadora, pues la carne por si sola es sabrosísima (además te ahorras carbohidratos).
Mezcla en un bol el pan rallado con la leche. Si tienes un robot de cocina o una picadora grande tritura en él la carne, el chorizo, el pan rallado remojado y la cebolla en trozos gruesos. Si no, utiliza directamente carne picada y pica a mano el chorizo y la cebolla muy finos.
Pasa la mezcla a un bol, añade el huevo batido, el pimentón y la sal y remueve todo con una cuchara (o la mano) hasta que quede una mezcla homogénea.
Forma bolas de entre 50 y 55 gramos y cháfalas hasta obtener hamburguesas de unos 6 cm de tamaño.
Calienta a fuego medio un poco de aceite en una sartén. Fríe las hamburguesas unos cuatro minutos por cada lado hasta que se doren.
Coloca las hamburguesas en el pan y añade el kétchup y la media cebolla restante picada o en rodajas. Sírvelas con patatas fritas –en Cuba son de tipo paja– por encima o a un lado.
Con qué acompañar la frita o hamburguesa cubana
En Cuba las fritas se sirven con cerveza, refrescos o malta (la bebida sin alcohol elaborada con cebada tostada que aún se puede encontrar en alguno puestos del Levante español). Se trata de un plato perfecto para una cena festiva y del que es muy sencillo preparar grandes cantidades.
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