Preparad la barra de pan porque hoy tenemos un plato que tiene miga, mucha miga. Un morcillo de ternera braseado en vino tinto que inundará vuestras cocinas de aromas y vuestras mesas de sabor. Aunque lleva su tiempo, es un plato muy sencillo de elaborar. Aquí es el horno quien trabaja, así que nosotros podemos dedicarnos a otros menesteres.
Además, el morcillo de ternera braseado en vino tinto lleva la guarnición incorporada y es tan contundente que no necesitamos preparar nada más para la comida. Es un plato completísimo, lleno de sabor y muy reconfortante. Una manera distinta de cocinar esta pieza de la ternera que, generalmente, sólo compramos cuando vamos a preparar cocido o estofado.
Cortamos las lonchas de beicon en tiras finas y las rehogamos, a fuego suave, en una sartén amplia con un poco de aceite de oliva virgen extra. Cuando adquieran un tono dorado, las retiramos y las depositamos en una fuente de horno grande. A continuación, pelamos las chalotas y las salteamos en la misma sartén. También las pasamos a la fuente de horno.
Retiramos y desechamos el extremo terroso del tallo de los champiñones, limpiamos con un trapo húmedo y salteamos en la sartén, añadiendo un poco de aceite si fuera necesario. Sólo queremos dorarlos de modo que, cuando estén listos los pasamos a la fuente de horno. Salpimentamos el morcillo y lo sellamos, a fuego fuerte, en la misma sartén. Colocamos el morcillo en el centro de la fuente de horno.
Agregamos un poco de aceite a la sartén y doramos la harina, removiendo para que no se agarre. Reducimos la intensidad del fuego y vertemos el vino, removemos con unas varillas para que la harina se integre bien. A continuación incorporamos el tomate triturado y el caldo de carne. Cuando alcance el punto de ebullición, lo vertemos sobre el morcillo.
Por último, añadimos el tomillo y el laurel y salpimentamos el conjunto al gusto. Cubrimos la fuente con papel de aluminio, o con su tapadera correspondiente y la introducimos en el horno, pre-calentado a 150 ºC, donde la braseamos durante dos horas. Transcurrido este tiempo, retiramos la carne de la fuente y la dejamos reposar antes de cortarla en lonchas.
Separamos los champiñones y las chalotas de la salsa, que colamos para retirar también el beicon. Servimos la carne loncheada con las guarniciones y la salsa bien caliente.
Con qué acompañar el morcillo de ternera braseado en vino tinto
Debido a la contundencia del morcillo de ternera braseado en vino tinto, es mejor servirlo a la hora de la comida y no acompañarlo de más guarnición que la propia. En todo caso, de un poco de puré de patata cremoso o de arroz hervido. La salsa que lo acompaña es tan sabrosa que servirlo con pan será de obligado cumplimiento.