Lógicamente, estos murciélagos a la miel que he preparado como receta de Halloween no son tales. En realidad son alas de pollo que, al caramelizarse, adquieren ese aspecto ligeramente siniestro que las hacen perfectas para una noche temática, especialmente para los que huimos de hacer florituras con fondant.
Lo bueno de esta receta es que, además de estar riquísima y resultar ligeramente aterradora, es muy fácil y rápida de preparar, ya que he adaptado la receta de costillas a la miel sin horno para que en menos de media hora tengamos todo listo.
Empezamos salpimentando las alitas. A mi me gusta dejarlas enteras, sin partir y limpiadas solo burdamente, para que tengan un aspecto más basto y terrorífico, lo más parecido a que si realmente fueran murciélagos.
Luego ponemos las alitas a dorar en la olla express con un poco de aceite de oliva y, cuando se hayan dorado, añadimos un chorrito de coñac y dejamos que reduzca. Mientras tanto, habremos preparado la salsa mezclando la soja, la miel y el ketchup.
Vertemos ahora la salsa en la olla, removemos bien para que se impregnen bien las alitas, cerramos, dejamos que se caliente y cocinamos a presión durante cinco minutos. Después liberamos el vapor, abrimos la olla y cocemos un poco más a fuego medio para que la salsa espese.
Con qué acompañar los murciélagos a la miel
Lo admito, estos murciélagos a la miel no se parecen en nada a esas recetas adorables de Halloween con cupcakes de monstruitos o cosas por el estilo, pero es una receta que puedes servir en una cena temática y que nadie diga "oh, que bonito" y luego se lo deje todo. Aquí se chuparán los dedos y repelaran cada hueso hasta el punto de que no les importará que sean murciélagos.
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