Desde que he descubierto que el conejo al horno no tiene porque transformarse en una carne seca y dura, muchas de mis recetas las preparo así. Hoy he cocinado un ragú de conejo al vino blanco con un intenso sabor a hierbas y una salsa deliciosa.
En esta receta he empleado vino blanco seco, pero también podéis probar a prepararla con vino tinto, cambia el sabor de la salsa, pero yo alguna vez que lo he usado también me ha parecido que quedaba muy sabrosa.
Comenzaremos precalentando el horno a 160 grados. Cortamos las cebollas en aros, las zanahorias en rodajas y la panceta ibérica en dados. En una sartén sofreímos los trozos de conejo y les añadimos los dados de panceta ibérica, seguimos cocinado durante cinco minutos.
Retiramos la carne y en la misma sartén añadimos las cebollas, las zanahorias y los dientes de ajo enteros y sin pelar, salteamos durante cinco minutos. Espolvoreamos la cucharada de harina, mezclamos bien y añadimos el vino blanco, el caldo de pollo, el romero, el tomillo, y el laurel, llevando todo a ebullición. Salpimentar.
Pasamos todo a una bandeja de horno, y horneamos durante cuarenta y cinco minutos a una hora dependiendo de la dureza de la carne, removiendo cada cierto tiempo.
Con qué acompañar el ragú de conejo al vino blanco
Esta receta de ragú de conejo con vino blanco es ideal para ser acompañada de unas patatitas nuevas redondas, que primeramente freiremos por la parte externa a fuego fuerte para después bajar el gas y que se terminen de hacer como si estuvieran guisadas. La salsa es de las de mojar pan, ya os aviso.
