Ir de picnic no significa comer mal (eso ya lo demostraron nuestras abuelas con sus empanadas y empanados) ni renunciar a recetas elaboradas, algo que vengo a demostrar yo con este redondo frío de pollo que he adaptado de mi libro de cabecera cuando aprieta el calor: Recetas para un verano italiano.
Se trata de una receta relativamente sencilla, de sabor sorprendente, y que se puede preparar con bastante antelación, porque aunque este redondo de pollo se puede disfrutar tibio, está especialmente bueno frío, como si fuera un fiambre.
Ingredientes
- Pechuga de pollo 500 g
- Jamón cocido en dados 100 g
- Nata líquida para montar 350
- Cebolla tierna 2
- Clara de huevo 1
- Miga de pan 50 g
- Estragón 3 cucharadas
- Diente de ajo 1
- Pistachos 25 g
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra molida
Cómo hacer redondo frío de pollo
- Tiempo total 1 h 15 m
- Elaboración 15 m
- Cocción 1 h
- Reposo 2 h
Empezamos picando el pollo muy fino con el vaso de la batidora o un robot de cocina. Picamos también la cebolla y el ajo. Desmigamos el pan. Lo añadimos todo en un cuenco junto con el estragón y los pistachos enteros (pero sin cáscara, claro). Salpimentamos y mezclamos bien.
El siguiente paso es batir ligeramente la nata y llevar la clara de huevo a punto de nieve. Incorporamos ambos a la mezcla y removemos bien de nuevo. Volvemos a ajustar de sal y pimienta y añadimos un toque de nuez moscada o de jengibre molido, que también le da un puntito especial.
Ahora llega el momento más delicado y engorroso. Disponemos papel de aluminio en una bandeja, lo untamos con aceite de oliva, repartimos un poco de la mezcla de pollo que hemos preparado y lo enrollamos apretando para hacer una especie de salchichón.
Repetimos la operación hasta que nos quedemos sin mezcla (da para dos o tres) y horneamos a 180ºC durante una hora. Después sacamos del horno y dejamos enfriar una hora a temperatura ambiente, y al menos dos más en la nevera antes de servir.
Con qué acompañar el redondo frío de pollo
Podemos servir el redondo frío de pollo cortado en rodajas. Es perfecto para un picnic, pero también para comer en casa. Está tan sabroso y jugoso que no pide salsa alguna, sino simplemente una ensalada para acompañar. Además, tiene la ventaja de que podemos prepararlo con antelación y tenerlo listo para cuando lleguen los invitados o lleguemos allí donde vayamos a hacer el picnic.
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