¿Puede un pavo tener secretos? Es posible, aunque de la vida interior de estas aves no sabemos nada por el momento. Pero sí podemos convertir sus tiernas pechugas en un libro que esconda en su interior un sabroso secreto de Idiazabal, flanqueado por sendas hojas de lacón y jamón serrano. Así son estos secretos de pavo con corazón de Idiazabal.
Con frecuencia oigo quejas sobre los filetes de pavo y pollo, hay quien dice que aburren por que siempre saben a lo mismo. Por eso hemos decidido ilustrarlos un poco y dotarlos del misterio necesario para que los reacios se lancen en plancha a hincarles el diente.
Los ingredientes para dos personas
Cuatro filetes finos de pavo, dos lonchas de lacón al horno, dos lonchas de jamón serrano, dos láminas gruesas de queso de Idiazabal. Pan rallado, huevo, harina aceite y sal.
La preparación
Los filetes de pavo deberán ser muy finos, ya que de lo contrario una vez montado resultaría demasiado voluminosos y difícil de compactar. Salpimentamos la carne y colocamos por este orden, cuidando que el relleno no sobresalga: un filete de pavo, una loncha de lacón, una lámina de Idiazabal, una loncha de jamón y, nuevamente, un filete de pavo.
Ahora queda empanarlo con cuidado de que quede muy bien compactado, ya que no vamos a poner nada que lo fije. Para ello tomamos el filete relleno y lo pasamos por harina sin que quede ninguna parte sin enharinar. Sacudimos levemente para eliminar el sobrante y lo sumergimos en huevo abundante, para que absorba bien. Escurrimos un poco y lo ponemos en un recipiente con mucho pan rallado. Lo cubrimos totalmente y vamos apretando para que se forme una capa uniforme y compacta.
Freímos en aceite y lo colocamos sobre un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Cortamos el filete por la mitad para mostrar las capas y emplatamos junto a la guarnición que escojamos.
Tiempo de elaboración | 30 minutos Dificultad | baja
La degustación de los secreto de pavo
Esta receta sencillamente ilustra un plato común, convirtiendo una comida de diario en una sorpresa. La combinación de sabores del lacón, el jamón y el queso aportan valor añadido al gusto de la carne de pavo. El Idiazabal no es un queso que se use para fundir, pero lo hace estupendamente al calor de la fritura. Si no se dispone de esta variedad, puede servir cualquier queso curado.
Nosotros hemos comido los secretos de pavo con corazón de Idiazabal con una sencilla guarnición de ensalada, ya que por sí solo resulta contundente, pero si el público reclama patatas fritas, están serán un buen complemento. A disfrutar.
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