Cuenta la leyenda, que la leche de pantera fue un inventó del general franquista y fundador de la Legión, José Millán-Astray, que encargó al barman madrileño Perico Chicote este brebaje, que pronto se hizo popular en el Tercio de Extranjeros.
Pero esta historia, como la mayoría de las leyendas que rodean a los cócteles, es a buen seguro un invento. Lo más seguro es que la leche de Pantera surgió en la Legión porque la leche condensada era de una de las pocas comidas que siempre se tenían a mano en el Ejército, y no era difícil mezclarla con todo tipo de licores: más generalmente el alcohol etílico de la enfermería. Así se las gastaban los legionarios.
Lo cierto es que hay variedades de la leche de pantera con todos los licores, aunque hoy vamos a preparar la que es considerada su versión más clásica: con ginebra. Además, mezclaremos la leche condensada con leche normal, para que no sea un cóctel tan espeso. Al final, un toque de canela, como también manda la tradición.
Llenamos una coctelera hasta arriba de hielos y echamos una medida de ginebra, otra de leche entera y otra de leche condensada.
Agitamos y servimos en un vaso ancho.
Finalizamos con un toque de canela molida. ¡A beber!
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Con qué acompañar la leche de pantera
Este cóctel es bastante contundente y dulce. Como ocurre con otros cócteles de base láctea, como el White Russian, no le pega ningún picoteo salado, sino, si acaso, unos fartons o un bizcocho.
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