El apio es una de esas hortalizas tan común como desconocida. Aunque es una verdura de invierno, la tenemos todo el año en las fruterías. La compramos a menudo para incluirla en caldos y guisos, pero nunca la tenemos en mente como ingrediente principal de un plato. Craso error.
Esta ensalada de apio, que hemos adaptado de la web norteamericana Taste, nos ha dejado boquiabiertos.
Legamos a ella después de comprar un apio entero, que necesitábamos para hacer una salsa boloñesa. Nos sobraba casi todo y, después de hacer una ensalada Waldorf, lo único que nos venía a la mente es atiborrarnos a Bloody Mary. Así que esta parecía una salida como otra cualquiera, en la que se aprovecha hasta las hojas de la verdura. Ni de lejos nos esperábamos este resultado.
La receta original tiene algunos pasos que aquí hemos obviado, como congelar el queso para poder servirlo en lascas más uniformes, algo que nos parece una complicación innecesaria.
Como todas las recetas de ensaladas, es fácilmente modificable en ingredientes y cantidades. Se puede usar cualquier queso azul, pasas, ciruelas o incluso higos, y adaptar el picante y el punto de acidez al gusto. Con estas medidas queda juguetona.
Lo primero que debemos hacer antes de montar la ensalada es poner un puñado de pasas en un cuenco y cubrirlas con vinagre de Jerez. Si usas pasas sultanas, colocalas enteras, pero si utilizas pasas moscatel o ciruelas, mejor cortalas en trozos más pequeños. Deja que se maceren en vinagre durante 15 minutos.
Corta las tres ramas de apio transversalmente, en trozos pequeños, colocalos en el bol en el que vayas a servir la ensalada, y echa un poco sal (es toda la que usaremos). No te deshagas de las hojas, que serviremos también picadas en la ensalada.
Coloca los pistachos, pelados, en un mortero, y machácalos solo un poco: queremos que se partan, pero no que queden molidos. Si no tienes chile en polvo, puedes moler junto al pistacho un par de pimientas de cayena o una guinidlla seca. Vierte la mezcla junto al apio en la ensaladera.
Ralla sobre la ensalada la piel de medio limón, y dos cucharadas de su zumo. Y, si han pasado los 15 minutos, las pasas con el vinagre.
Añade el queso partido en trozos pequeños, las hojas de hierbabuena y del añio picadas. Vierte un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Corrige de sal y pimienta y sirve inemdiatamente.
Con qué acompañar la ensalada
Esta ensalada es perfecta como una cena o comida ligera, o como primer plato en un día festivo. Si se quiere más completa, se puede poner como guarnición de una pieza de carne o pescado a la plancha.
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