Sí, habéis leído bien. La receta que vamos a hacer hoy es una ensalada carbonara. ¿Qué invento es este? Pues eso, un invento. Nada de cocina italiana tradicional. En esta receta vamos a utilizar algunos de los ingredientes claves de la clásica pasta carbonara para hacer una ensalada muy gustosa que no os dejará indiferente.
La receta, que conocimos en la web anglosajona Taste, no tiene ningún misterio y se hace en solo unos 10 minutos.
Como siempre que hacemos carbonara, la chacina típica de la receta, el guanciale, se puede sustituir por otro tipo de panceta. Mi favorita es la típica de Soria, adobada, con la que se hacen los torreznos.
Ingredientes
- Huevos 2
- Lechuga 1
- Mostaza de Dijon cucharada 1
- Aceite de oliva virgen extra 120 ml
- Queso pecorino romano , grana padano o parmesano 60 g
- Panceta
- Pan de hogaza rebanada 1
- Diente de ajo
- Zumo de limón cucharadas 3
- Sal
- Pimienta negra molida
Cómo hacer ensalada carbonara
- Tiempo total
Lo primero que vamos a hacer es preparar el aliño de la ensalada, que es lo que nos va a dar todo el sabor a la carbonara. En un bol pequeño mezclamos dos yemas de huevo, tres cucharadas de zumo de limón, una de mostaza Dijon, una pizca de sal y una cantidad generosa de pimienta negra molida gruesa. Vamos a batir el aliño con fuerza mientras añadimos lentamente 120 ml de aceite de oliva virgen extra. El aliño debe emulsionar y quedar cremoso y ligeramente espeso. Añadimos ahora 30 gramos de queso rallado. Mezclamos todo y corregimos de sal, pimienta y acidez al gusto. Reservamos.
Ahora vamos a cocinar el guanciale –o cualquier otra panceta que tengamos– en una sartén, a fuego medio. Debe quedar bien dorada y crujiente.
Coloca la panceta y una cucharada de aceite de oliva en una sartén fría y ponla a fuego medio. Cocine, revolviendo con frecuencia, hasta que la grasa se haya derretido y la panceta esté bien dorada y crujiente. Usando una espumadera, la reservamos en un plato, dejando toda la grasa que ha soltado. En ella cocinaremos unos picatostes, con sal y un poco de pimienta negra, revolviendo con frecuencia, hasta que estén doradas. Agregamos un diente de ajo rallado y continuamos removiendo hasta que el ajo esté bien cocinado. Retiramos del fuego y reservamos.
Ya tenemos todos los ingredientes y solo nos queda montar la ensalada. En un bol grande echamos la lechuga que más nos guste (a ser posible con alguna variedad crujiente como romana o escarola). Agregamos parte del aderezo –podemos ir echando más hasta que esté a nuestro gusto–, otros 30 g de queso rallado, la panceta y los picatostes. Podemos dar un toque final de pimienta negra. Y listo.
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Con qué acompañar la ensalada carbonara
Esta ensalada carbonara es lo suficientemente saciante como para servirse como plato único en una cena o comida ligera. Las cantidades, además, se pueden ajustar al gusto. Recuerda, eso sí, comerla de inmediato y, en ningún caso, hacer el aliño con antelación, pues lleva huevo crudo.
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