La hora de la cena suele ser un momento complicado. Llegamos a ella a medio gas, cansados después de toda una jornada de actividad, y se agradece tener a mano recetas como la de este clafoutis de tomates cherry y queso feta que son fáciles y sin complicaciones. No hay más que mezclar un par de ingredientes, salpimentar y rellenar los moldes. El horno hace el resto.
Mientras los clafoutis de tomates cherry y queso feta se cuecen en el horno, podemos aprovechar para poner la mesa, abrir una botella de vino y relajarnos unos minutos antes de la cena. Si no tenéis queso feta a mano, podéis usar queso de cabra, mozzarella o, incluso, mascarpone. En el caso de estos dos últimos, al ser un poco sosos, hay que condimentar con más alegría, pero funciona igualmente bien en esta receta.
En un recipiente hondo mezclamos los huevos con la nata líquida, sal y pimienta al gusto. Batimos bien hasta homogeneizar. Preparamos tres moldes aptos para horno, engrasando la base y laterales y espolvoreando con queso Parmesano rallado (también podemos usar pan rallado).
Colocamos seis tomates cherry en cada molde y repartimos el queso feta cortado en pequeños dados. Podemos añadir un poco de queso de cabra o mozzarella y aportar otros matices. Repartimos la mezcla del huevo entre los moldes y cocemos en horno pre calentado a 180ºC durante 25 minutos o hasta que la superficie comience a dorar. Servimos inmediatamente.
Con qué acompañar el clafoutis de tomates cherry y queso feta
El mejor momento para para servir este clafoutis de tomates cherry y queso feta es recién salido del horno, pues está jugoso y meloso. Una vez frío pierde mucho, así que no tardéis en zampároslo. Unas hojas de albahaca, orégano o alguna otra hierba fresca le sentarán de maravilla.