Aunque pueda parecer fácil, hacer un huevo frito perfecto conlleva mucha práctica y antes de alcanzar la perfección lo más normal es que hayas tenido que comerte muchos huevos con la yema demasiado cocida, sin puntilla o una versión que está más cerca del concepto de "plancha" que del de "frito".
¡Pero eso ya se acabó! No debes preocuparte porque, primero, nadie nace sabiendo y, segundo, porque en la mayoría de los casos de huevos fritos fallidos todo se debe a algo relacionado con el aceite: temperatura, cantidad, etc.
Y precisamente de esto último vamos a hablarte a continuación porque es lo que va a hacer que tu huevo frito te haga llorar de alegría o, por el contrario, de desesperación.
¿Cuál es el mejor aceite para freír un huevo?
Antes de meternos de lleno con el tema de la cantidad, es importante que dejemos claro qué aceites funcionan mejor con este tipo de elaboración.
Independientemente de si nos gusta un sabor más o menos intenso, hay una cosa que no es negociable. Y es que el aceite de oliva es el único que permite alcanzar una temperatura de 180 grados, que es la que necesitamos para freír un huevo, sin degradarse. Y no te olvides de que es muy importante esperar a que alcance esta temperatura antes de echar el huevo en la sartén.
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Habrá quien te diga que a él, personalmente, le gusta usar el aceite de oliva virgen extra. Pero esto es como todo, eso ya depende de las preferencias de cada cual. Lo más aconsejable es utilizar un aceite de oliva de sabor suave (de baja acidez) para una receta de este tipo, ya que uno más intenso, aunque es lo mejor que le puedes echar a una ensalada, es muy potente y acaba afectando al sabor de aquello que estás cocinando. Eso sí, que sepas que el AOVE tampoco va a tener ningún problema para alcanzar la temperatura comentada más arriba. Eso lo puedes tener claro.
En cualquier caso, el aceite de girasol debería ser siempre tu última opción. Y es que, aunque es verdad que no interfiere en el sabor del huevo, el problema es que no se lleva muy bien con las altas temperaturas. Y al aguantar peor el calor, lo que ocurre es que conseguir la puntilla se convierte en misión imposible. Ahora bien, si quieres hacer un huevo a la plancha, no hay ningún inconveniente en usar aceite de girasol.
¿Cuánto aceite tengo que usar para freír un huevo?
Y ahora sí, llega el momento de echar los huevos en la sartén, aunque antes vamos a confirmar dos cosas: que los huevos no están recién sacados del frigorífico, ya que lo ideal es que estén a temperatura ambiente, y que la cantidad de aceite que hemos puesto a calentar es la correcta.
Lo ideal a la hora de añadir el aceite en la sartén es que haya la cantidad suficiente para cubrir todo el fondo. Hablamos de varios milímetros, no basta con simplemente abarcar toda la superficie. Ojo, que hay quien prefiere echar abundante aceite y cubrir el huevo por completo, pero lo suyo es alcanzar ese punto medio que comentamos. Sin pasarnos, pero sin quedarnos cortos.
El paso siguiente sería poner la sartén a fuego alto y estar un poco atentos para que el aceite para que se caliente sin que llegue a echar humo. Sabremos que está lo suficientemente caliente porque observaremos que cada vez está menos espeso y porque empiezan a aparecer burbujitas en el inferior. Una vez hemos comprobado que el aceite esté lo suficientemente caliente (sin humear) añadimos el huevo y lo dejamos freír.