Los huevos encapotados, conocidos también como "huevos al colchón", son un increíble híbrido entre croqueta y huevo frito que durante mucho tiempo fue un fijo del recetario español. Debido a lo trabajoso de su elaboración cayeron en el olvido y, aunque todavía resisten en Galicia, Madrid y Andalucía, son hoy pocas las casas en las que se hacen. Craso error. Esto es una maravilla y no podemos más que reivindicar su puesto en el Olimpo de las frituras.
La receta, que aparece en el libro más famoso de la gastronomía española, las 1080 recetas de cocina de Simone Ortega, consiste en envolver unos huevos fritos en bechamel, para después rebozarlos y freirlos como si de una croqueta se tratara.
Decimos que esta receta es laboriosa, pero no difícil. En realidad, basta saber hacer un huevo frito y una bechamel, pero debemos planificarla con tiempo, pues para poder rebozar el invento, debemos enfriarlo previamente en la nevera.
Para realizar sin dramas esta receta es casi obligatorio contar con un aro redondo, de los que se utilizan para emplatar. Nosotros hemos probado varios, y el más cómodo para esta receta es uno de aproximadamente 8 x 4,5 cm.
Lacor - 68508 - Aro Redondo Mouse 8x4,5cm Inox
David de Jorge utiliza para hacer sus huevos al colchón secciones de un tubo de PVC que había cortado a sierra, pero aquí entraríamos en el terreno de Bricomanía. Si no quieres liarte tanto, este tipo de moldes se venden en cualquier ferretería y, claro está, en internet.
En primer lugar debemos hacer dos huevos fritos en abundante aceite de oliva. Nos interesa que tengan puntilla. Una vez hechos, los retiramos del aceite y reservamos.
Mientras descansan los huevos vamos a preparar la bechamel. Podemos seguir nuestra receta clásica de bechamel o la receta rápida, en frío, que fue la que usamos para esta elaboración en concreto. Para ello, vertimos en un cazo o sartén la leche, la mantequilla y la harina en las cantidades indicadas, y la nuez moscada, la pimienta y la sal a nuestro gusto. Encendemos el fuego y removemos constantemente con unas varillas hasta que la bechamel queda con la densidad suficiente.
Una vez está lista la bechamel procedemos a envolver con esta los huevos fritos. Para ello, debemos disponer los moldes sobre papel film. Ponemos entonces una capa de bechamel. Cortamos los bordes de los huevos fritos para que quepa la yema en el molde con el suficiente espacio para que la bechamel cubra el huevo por completo. La parte sobrante del huevo, donde está la puntilla, la mezclamos con el resto de bechamel, y cubrimos con esta todo el huevo.
Una vez tenemos los huevos envueltos, debemos enfriarlos en la nevera durante, como poco, una hora, para luego poder manejarlos sin que se deshagan.
Pasado este tiempo, rebozamos los huevos encapotados con el tercer huevo y pan rallado. Una vez realizado este paso lo ideal es volver a meterlos en la nevera, para que el rebozado se asiente.
Hasta aquí la receta se puede preparar con antelación. Cuando vayamos a comer, freímos los huevos encapatados en el mismo aceite en el que habíamos hecho los huevos fritos y servimos inmediatamente. Si hemos seguido los pasos correctamente al partir los huevos saldrá toda la yema, en una explosión que nos llenará de júbilo.
Con qué acompañar los huevos encapotados
Los huevos encapotados están buenísimos solos, pero el plato gana, obviamente, si se acompaña de una buena salsa de tomate casera, unas patatas fritas o unos pimientos de piquillo (como es el caso).
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