Frito, mollet, pasado por agua, duro,... Si hay un alimento versátil y que admite múltiple maneras de ser cocinado, ese es el huevo. Nos atrevemos a decir que revuelto es su forma más popular, extendida por todo el mundo y en cada país con un toque diferente y característico.
Un huevo revuelto es fácil de preparar y garantiza un desayuno nutritivo y sabroso en poco tiempo. En Venezuela y Colombia se prepara el perico o huevos pericos, con cebolla y tomate alegrando este humilde plato y elevándolo a nuevas esferas.
Hay quien usa cebolleta en lugar de cebolla, quien añade pimiento verde y/o pimiento rojo picado al sofrito, pero nosotros nos quedamos con la versión más básica. Los habríamos acompañado de arepas de haberlas tenido, porque casan a la perfección, pero en su defecto nos conformamos con pan tostado. Y ni tan mal.
Pelamos y picamos la cebolla finamente. Lavamos los tomates y los picamos en pequeños dados. Batimos los huevos en un cuenco, sazonamos y reservamos. Calentamos un fondo de aceite de oliva virgen extra en una sartén, añadimos la cebolla y el tomate y rehogamos a fuego medio durante cinco minutos.
Agregamos los huevos batidos y los dejamos cocer, sin remover, hasta que la mezcla comience a secarse. Removemos para mezclar con el tomate y cebolla y cocinamos otros dos minutos o hasta que los huevos tengan la consistencia deseada. Servimos inmediatamente.
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Con qué acompañar los huevos pericos
Como hemos comentado en al comienzo de este artículo, una arepa es ideal como acompañamiento de una ración de huevos pericos. A falta de ella podemos servirlos con tostadas de pan y rematar el desayuno con una taza de café, té u otra bebida. Una pieza de fruta a su vera y ¡a empezar el día con las pilas bien cargadas!
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