Elegante, delicado, etéreo y sabroso. Así es el suflé (o souffle) de queso y pimiento, que nos parece el entrante ideal para una comida de Navidad tradicional. Inspirados en una de nuestras webs de recetas de cabecera, le damos una vuelta de tuerca a este gran clásico añadiendo pimiento rojo asado como coprotagonista del queso en este reparto. Todo un acierto.
Se puede preparar en versión individual, como hemos hecho nosotros, en un molde grande específico para suflé o, en su defecto, en una fuente honda de horno. Lo primero facilita mucho el reparto y el tiempo de cocción es menor, lo segundo es más cómodo. Tú decides cómo lo quieres presentar, aquí no hay reglas.
Si no eres demasiado fan del pimiento, puedes prescindir de él y centrarte en el queso. En este caso recomendamos que uses uno con bastante sabor (azul, manchego, torta,...) o mezcles tus favoritos. Lo ideal es añadirlo rallado, para que se funda más rápido y te ahorres unos minutos en la elaboración, aunque si te gustan los tropezones siempre puedes cortarlo en dados.
Encamisamos los moldes, es decir, los untamos con una fina capa de mantequilla y los espolvoreamos con harina. Que no quede ni una ranura sin cubrir. Escurrimos bien el pimiento asado y lo trituramos. Rallamos el queso cheddar. Separamos las yemas de las claras. Reservamos todo por separado.
Calentamos la mantequilla en una sartén amplia y, cuando esté fundida, añadimos la harina. Removemos un par de minutos, dejando que la harina se tueste ligeramente. A continuación agregamos toda la leche de golpe, una pizca de pimienta blanca, otra de nuez moscada y sal al gusto. Mezclamos con unas varillas y cocemos sin dejar de remover durante diez minutos.
Agregamos el puré de pimiento y removemos para integrar. Retiramos la sartén del fuego y dejamos atemperar unos minutos antes de añadir las yemas de huevo. Si lo hacemos cuando esté demasiado caliente corremos el riesgo de que cuajen, así que conviene esperar.
Mientras tanto en un recipiente amplio, hondo y bien limpio batimos las claras con unas varillas, si son eléctricas la tarea será más fácil y rápida. Paramos cuando estén bien firmes y al volcar el recipiente las claras se queden en su interior, es decir, cuando hayan alcanzado el punto de nieve.
Agregamos las claras a la sartén, en tres partes. Removiendo después de cada añadido con mucha suavidad y movimientos envolventes para que no pierdan el aire incorporado. Rellenamos los moldes con la mezcla, llegando casi hasta arriba.
Para que los suflés suban de manera homogénea en el horno, pasamos la punta de un cuchillo romo por el interior del borde. Cocemos los suflés en la parte más baja del horno, con calor arriba y abajo a 200 ºC, durante unos 25 minutos o hasta que estén dorados. Servimos inmediatamente.
Con qué acompañar el suflé o souffle de queso y pimiento
El suflé o souffle de queso y pimiento no admite esperas. Para que llegue a la mesa en todo su esplendor es clave servirlo inmediatamente. Con cada minuto que pasa ese copete tan maravilloso se retrae, así que asegúrate de tener a tus invitados sentados a la mesa. Es un entrante al que una copa de cava o un vino blanco con aguja bien fresco le va de fábula.
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