Anoche mi intención era preparar para cenar una tortilla de espinacas, sin embargo, se presentaron unos amigos y no tuve más remedio que “engordar “la tortilla, y así surgió esta receta de tortilla de espinacas y piñones con su jamón y todo, que ahora os presento.
Es muy importante saber “engordar” comidas cuando hace falta, de eso nuestras abuelas y nuestras madres sabían mucho. Ahora hay demasiado de todo y nos dormimos y caemos en manos del derroche demasiado a menudo y lo que es peor, del despilfarro. Craso error.
Los ingredientes
6 huevos frescos ecológicos a ser posible, un par de manojos de espinacas, 1 cebolleta hermosa, unas lonchas de jamón un puñado de piñones, AOVE (aceite de oliva virgen extra) y sal.
La preparación de la tortilla de espinacas y piñones
Por un lado lavamos, troceamos y cocemos al vapor las espinacas, 2-3 minutos. Escurrimos.
Por otro lado sofreímos en un chorrito de AOVE, a fuego flojo, la cebolleta finamente troceada con una pizca de sal, una vez transparente añadimos el jamón picado y los piñones, mareamos. Añadimos las espinacas a este sofrito y removemos bien. Batimos los huevos y ponemos a punto de sal.
Mezclamos los huevos con el sofrito, ponemos una sartén que no se pegue al fuego, con un hilillo de AOVE, cuando se caliente añadimos la mezcla de huevos y demás ingredientes, movemos la sartén, dejamos cuajar unos segundos y damos vuelta, con ayuda de una tapadera, a la tortilla. Cuajamos por este otro lado y servimos.
Tiempo de elaboración | 20 minutos Dificultad | media
La degustación
Esta receta de tortilla de espinacas y piñones admite multitud de variantes, dependiendo de lo que tengamos en el frigo y/o la despensa. Una buena ensalada es un acompañamiento estupendo, que hace de esta tortilla un plato equilibrado y rico, perfecto para una saludable cena. Los vegetarianos (los ovolácteos, claro) solo deben obviar el jamón sustituyéndolo por queso, tofu, sésamo o unos brotes tiernos en la segunda vuelta de la tortilla
Cenar es muy importante, es conveniente, sobre todo ahora en este tiempo que se nos avecina, hacerlo caliente. Esto nos reconforta y nos prepara para el descanso. Eso sí, la cena debe ser ligera, y hacerla con antelación suficiente a la hora de dormir, para no acostarnos con el estómago lleno.
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