Calabaza, espinacas y champiñones, una combinación vegetal muy bien avenida que funciona a la perfección. Y si la alegramos con salsa mornay (una derivada de la bechamel que se enriquece con huevo y queso), el éxito está garantizado. Esta es una receta saciante con la que se pueden alimentar cuatro bocas y, si son de poco comer, incluso seis.
La calabaza rellena de espinacas y champiñones es sencilla de preparar. Si no os queréis complicar, podéis usar una salsa bechamel básica comprada en el supermercado. Aunque lo casero siempre sabe mejor, ya lo sabéis vosotros bien. El toque de queso se lo podéis dar espolvoreando un poco por encima antes de gratinar.
El relleno admite muchas combinaciones de verduras. Es una receta ideal para vaciar la nevera y quitarse restos de encima. Se nos antoja muy rico con brócoli, puerro, calabacín, algo de pimiento y, por supuesto, con tomate rallado. La cosa es que os quedéis con el concepto para que lo adaptéis a vuestros gustos y necesidades.
Para la salsa mornay. Preparamos una salsa bechamel calentando en una sartén la mantequilla a fuego medio. Cuando se haya fundido añadimos la harina, removemos para incorporar y la cocemos durante un par de minutos, sin dejar que tome color, para formar el roux.
A continuación añadimos la leche, poco a poco, al tiempo que removemos para evitar que se formen grumos. Sazonamos al gusto y aderezamos con un poco de pimienta blanca molida y nuez moscada. Cocemos durante 10 minutos, removiendo sin parar con unas varillas hasta que la salsa espese.
Mezclamos en un cuenco la nata con la yema de huevo y lo incorporamos a la sartén con la salsa bechamel. Continuamos batiendo con las varillas mientras cocemos el conjunto un minuto más a fuego suave.
Retiramos la sartén del fuego e incorporamos el queso rallado, mezclando bien. Una vez que el queso se haya fundido e incorporado a la salsa, rectificamos de sal y pimienta si fuera necesario. Ya tenemos nuestra salsa lista para usar. Reservamos,
Cortamos la calabaza por la mitad y retiramos las semillas. Salpimentamos, engrasamos con un chorrito de aceite y colocamos en una bandeja de horno con papel vegetal. Añadimos un poco de agua y asamos en el horno precalentado a 200ºC, con calor arriba y abajo, durante 30-45 minutos. Cuando esté lista la vaciamos y reservamos las pieles.
Mientras tanto pelamos y picamos finamente la cebolla. Calentamos el aceite de oliva virgen extra en una sartén y la pochamos a fuego suave. Cuando esté traslúcida agregamos los champiñones, finamente picados, y sofreímos un par de minutos.
A continuación incorporamos las espinacas y continuamos rehogando hasta que estén tiernas. Ahora solo queda incorporar la carne asada de la calabaza, salpimentar y rehogar de nuevo para incorporar todas las verduras.
Colocamos las pieles de calabaza en una fuente de horno (cuidado que son delicadas), las rellenamos con la mezcla anterior y las cubrimos con salsa mornay. Las gratinamos bajo el grill hasta que adquieran un bonito color dorado. Servimos inmediatamente.
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Con qué acompañar la calabaza rellena de espinacas y champiñones
La calabaza rellena de espinacas y champiñones se toma como plato único ya que es completa y llena mucho. Podéis acompañarla de una ensalada mixta, por ejemplo, pero no de mucho más, y de un vino blanco bien fresquito. Si os sobra alguna ración de la podéis congelar para disfrutar en otro momento.
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