No sé si os ocurre a vosotros pero, en mi caso, suelo caer en la elaboración de las mismas guarniciones una y otra vez. Generalmente, por falta de tiempo, recurro a mis clásicos. Pero me gusta mucho variar en cuanto a guarniciones se refiere, así que, siempre ando a la caza y captura de nuevas recetas, como es el caso de estas cebollitas glaseadas al vino dulce.
Son fáciles de preparar, pero lentas. El proceso de elaboración lleva su tiempo, porque requiere de una cocción larga a fuego muy suave. Sin embargo, no conlleva estar esclavizados frente a los fogones, lo que supone un alivio y una ventaja. Podemos dedicar ese tiempo a otros menesteres, cosa que siempre se agradece.
Ingredientes
- Mantequilla 50 g
- Cebollitas francesas 8
- Vino blanco dulce 200 ml
- Sal
- Pimienta blanca molida
Cómo hacer cebollitas glaseadas al vino dulce
- Tiempo total 40 m
- Elaboración 10 m
- Cocción 30 m
Comenzamos pelando las cebollitas y, para que la tarea resulte más fácil, recomiendo escaldarlas. Para ello, calentamos abundante agua en un recipiente amplio. Cuando alcance el punto de ebullición, introducimos las cebolletas y, a los dos minutos, las retiramos. Las introducimos en un recipiente con agua muy fría y las refrescamos, para cortar la cocción. Cuando atemperen un poco, procedemos a pelarlas. La piel saldrá con facilidad.
A continuación, fundimos la mantequilla en una sartén. Conviene que ésta sea del tamaño adecuado para dar cabida a todas las cebollitas sin que haya demasiado espacio entre unas y otras. Doramos las cebollitas por todos sus lados, agregamos el vino y dejamos cocer al mínimo con la sartén tapada, hasta que las cebollitas estén tiernas.
El tiempo de cocción dependerá del tamaño de las cebollitas, así como de su punto de madurez. Sabremos cuándo debemos retirar del fuego cuando, al pinchar con un tenedor, las cebollitas estén tiernas, pero no demasiado blandas. Si el líquido se consume antes de que las cebollitas alcancen su punto, añadimos un poco de agua. Cuando las cebollitas estén listas, salpimentamos al gusto.
Con qué acompañar las cebollitas glaseadas al vino dulce
Aunque mi recomendación es la de consumir estas cebollitas glaseadas al vino dulce como guarnición de carnes o pescados, lo cierto es que también se pueden tomar solas, como protagonistas de un entrante o como aperitivo. Si nos gustan con más salsa, podemos aumentar la cantidad de vino y, una vez estén tiernas las cebollitas y las hayamos retirado de la sartén, reducirlo a fuego fuerte. En este caso, necesitaremos buen pan para mojar.
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