La fabada es uno de nuestros platos de legumbres favoritos, pero no siempre contamos con el tiempo necesario que requiere su correcto cocinado. Las fabes necesitan tres horas de cocción si seguimos la receta tradicional, y al menos media hora si usamos olla exprés. En esta receta vamos a estar cocinándolas siete horas, pero su preparación es de largo la más sencilla. Es lo que tiene la baja temperatura.
No vamos a ahondar aquí en todas las ventajas de las ollas de cocción lenta, pero la facilidad con la que se cocinan las legumbres es una de las más destacadas: basta colocar los ingredientes en la olla por la noche para tener por la mañana un plato de diez. Y esta fabada es el mejor ejemplo.
La receta difiere un poco de la original pues no añadimos cebolla, ni ajo, que dan demasiado gusto en una cocción tan larga. Solo lleva las fabes, el compango, aceite y agua, con el añadido si se quiere de una hoja de laurel y un poco de azafrán. Más fácil imposible.
Lo único importante es no ser rácano con los ingredientes: esta receta solo sale bien si se usan buenas fabes asturianas –la alubia blanca normal se deshace por completo, palabrita– y un compango decente. Yo siempre compro los paquetes de compango que venden en los supermercados que incluyen morcilla, chorizo y tocino entreverado, y sale que alucinas.
En las recetas para olla de cocción lenta hay que cambiar el chip: hay que poner en remojo las legumbres por la mañana, para cocinarlas antes de acostarnos. Las fabes tienen que estar un mínimo de ocho horas bajo el agua. Su volumen aumenta considerablemente, así que deja que queden bien cubiertas.
Antes de acostarte, pon las fabes en la olla, junto al compango, el aceite de oliva, la hoja de laurel y las hebras de azafrán (cualquiera de estos dos ingredientes son, en cualquier caso, prescindibles) y cubre todo con agua, un dedo por encima de las legumbres. Esta es la única parte delicada de la receta. En la Crock-pot apenas hay evaporación: si pones poco agua quedaran secas, si pones demasiada quedaran aguadas. El agua solo debe cubrir un las fabes aproximadamente un centrímetro por encima. Es mejor no echar sal. El compango es muy salado, y dependiendo del que hayas comprado puede ser suficiente.
Tapa la olla y prográmala a siete horas en temperatura baja. Si tienes un modelo que no tenga apagado automático es bueno contar con un programador de enchufe que corte la corriente de la olla llegado ese tiempo, pero si te pasas hasta una hora apenas lo notarán las fabes. Te recomendamos cerrar la puerta de la cocina, el olor que desprende este plato hará que te despiertes a mitad de la noche muerto de hambre. Corrige la sal del plato, y está listo para disfrutar a tope.
Con qué acompañar la fabada
Este es uno de mis platos favoritos para llevar al trabajo, precisamente porque no necesita ningún acompañamiento. En fin de semana también lo hago como plato único, pero entonces si me gusta tomarlo con una copa de vino y después de algún encurtido como aperitivo. Como todas las legumbres, la fabada gana de un día para otro, así que no temas hacer de más.