Creo que mi forma preferida de tomar verduras es con estas tartas saladas que además, las encuentro muy cómodas. Son sencillas de preparar y nos solucionan tanto una comida rápida como cena o incluso una escapada al campo o picnic en la playa. Así que no tardéis en preparar esta tarta de calabacín y champiñones con queso fresco mozzarella pues la combinación de ingredientes con la base de hojaldre hace de ella un bocado delicioso.
En este caso no he usado masa quebrada para la base para salir un poco de la clásica quiche, y aproveché que tenía a mano una lámina de hojaldre refrigerado y como no quería utilizarla para nada dulce, nada mejor que usarla para esta tarta salada de verduras y queso.
Precalentar el horno a 180ºC. Cortar el calabacín en rodajas muy finas, lavar los champiñones y laminarlos.
Extender la lámina de hojaldre en un molde, mejor si es de fondo desmontable, y pincharla por su superficie. Si no la pusiérais en un molde, extenderla y pincharla por toda la superficie hasta 1 cm de su borde para que levante por esa zona. Añadir la salsa de tomate.
Colocar el queso en trozos, disponer el calabacín y los champiñones por encima, salpimentar y añadir la cucharada de aceite de oliva por todas las verduras. Hornear durante media hora o hasta que se vea el calabacín hecho.
Con qué acompañar la tarta de calabacín y champiñones
La tarta de calabacín y champiñones se debe de tomar mejor recién salida del horno pero alguna que otra vez que me ha quedado un trocito tengo que reconocer que también está estupenda incluso una vez fría. Es perfecta de plato único para la cena o acompañando un gazpacho o tortilla de patatas.
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