Hoy os traemos otra receta tradicional que se suma a la gran variedad de panes dulces que tenemos en nuestro país. Se trata del hornazo típico de Jaén, que nada tiene que ver con el de Salamanca: unos bollos de masa de aceite de oliva virgen extra se aromatizan con anís en grano y se coronan con un huevo y masa en forma de cruz.
Aunque son típicos del Domingo de Resurrección en Jaén, lo cierto es que se consumen durante toda la Cuaresma y Semana Santa. Y la cosa no es una exclusiva jienense ni tampoco de estas fechas. En Churriana de la Vega, Granada, se meriendan el Jueves Lardero. En otras localidades de Granada, se disfrutan el 25 de abril, día de San Marcos, y en otros pueblos incluso se celebra el Día de los Hornazos.
Los hornazos dulces de Jaén son relativamente fáciles de preparar. Solo hay que mezclar todos los ingredientes, dejar fermentar la masa resultante, formar los bollos y hornear. Todo ello con sus reposos correspondientes, claro está. No hay excusa para no prepararlos estos días y asegurarse un delicioso desayuno o merienda de lo más tradicional.
Introducimos todos los ingredientes en un recipiente amplio y hondo, con excepción del aceite de oliva virgen extra. Mezclamos inicialmente y, cuando la masa se vuelva demasiado densa, la pasamos a la encimera y amasamos durante cinco minutos. Después la dejamos reposar diez minutos.
Agregamos el aceite de oliva virgen extra y amasamos de nuevo hasta obtener una masa fina y elástica. La boleamos y la introducimos en un recipiente amplio ligeramente engrasado. Lo tapamos con un paño limpio y dejamos que fermente hasta doble el volumen.
Mientras tanto cocemos los huevos en abundante agua durante ocho minutos. Los enfriamos y los reservamos.
Cuando la masa haya levado hasta alcanzar el doble de su volumen inicial, la aplastamos con el puño para desgasificara. Después la cortamos en dos y a cada porción le quitamos un trozo del tamaño de una pelota de ping pong.
Boleamos las dos porciones de masa grandes, las pasamos a una bandeja de horno con papel vegetal y colocamos los huevos cocidos encima. Presionamos para que queden bien encajados. Cortamos las pequeñas porciones de masa por la mitad y las estiramos en forma de cilindro, obteniendo cuatro tiras.
Colocamos dos de las tiras de masa sobre cada hornazo, formando una cruz2. Para que queden bien adheridos, humedecemos con agua los extremos. Después pincelamos cada uno con huevo batido y dejamos que fermenten de nuevo, aproximadamente una hora.
Ahora solo queda pincelarlos de nuevo con huevo batido, espolvorearlos con azúcar y llevarlos al horno precalentado a 180º C con calor arriba y abajo. Los cocemos durante unos 25 minutos o hasta que estén dorados. Por último los dejamos enfriar sobre una rejilla metálica antes de consumir.
Con qué acompañar los hornazos dulces de Jaén
Cualquier bebida de desayuno o merienda es apta para acompañar un trozo de hornazo dulce: un vaso de leche fría o caliente, un café con leche, una infusión, un chocolate a la taza,... Delicioso el día en que se hornea, tal cual, y mojado en en cualquiera de estas bebidas al día siguiente, cuando la miga comienza a secarse.
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