No suele ser frecuente que os traiga recetas de pan, no porque no las prepare en casa habitualmente, que sí lo hago, sino porque creo que a muchos hacer pan casero le resulta tedioso por los tiempos de levado que obligan a estar pendientes de una masa durante varias horas al día.
Sin embargo ante esta receta de pan de cerveza negra no he podido resistirme a compartirla con vosotros, pues tras un proceso de amasado muy sencillo logramos un pan de corteza crujiente, de miga ligeramente oscura y alveolada, y que resulta perfecto para acompañar unos quesos o embutidos o salsear con él un guiso como si no hubiese un mañana.
Comenzaremos mezclando en un cuenco grande, la levadura desmenuzada, el azúcar, toda la harina panadera menos 30 gramos y la harina de trigo integral. Removemos con una cuchara de madera o con la mano y vamos añadiendo gradualmente la cerveza hasta que la harina se haya humedecido. Trabajamos la masa hasta que quede homogénea, y la pasamos a una encimera ligeramente enharinada.
Amasamos durante cinco minutos, añadiendo lo mínimo de la harina reservada para que no se pegue. Con una rasqueta vamos recogiendo y reuniendo la masa a medida que la trabajamos. En este punto estará muy pegajosa. Seguidamente la cubrimos con el cuenco invertido y la dejamos reposar durante 20 minutos. Cuando pase el tiempo amasamos de nuevo cinco minutos más o hasta que la masa ya sea elástica, blanda y lisa. Si todavía está muy pegajosa, añadir una pequeña cantidad de harina.
Ponemos después la masa en forma de bola en un recipiente grande engrasado con un poco de aceite, y cubrimos el bol con papel film o incluso un gorro de ducha plástico. Dejamos que la masa fermente hasta que casi doble su volumen y si presionamos con el dedo, la hendidura tarde en rellenarse.
Pasamos la masa a la encimera ligeramente enharinada y la presionamos con suavidad para aplanarla un poco. Formamos una bola prieta y la colocamos sobre la bandeja de hornear, cubriéndola con un recipiente grande. Dejamos de nuevo fermentar hasta que doble su volumen, entre una y una hora y media.
Precalentamos el horno a 230º un buen rato antes de hornear, si usamos una piedra con un mínimo de una hora de antelación para que esta vaya cogiendo temperatura. También pegado al piso del horno ponemos una bandeja refractaria a calentar. Una vez el horno caliente, cortamos o greñamos el pan con una cuchilla o un cuchillo muy afilado.
Con suavidad pasamos la bandeja al horno y vertemos unos cubitos de hielo en la bandeja que teníamos en el suelo del horno, esto generará vapor y le dará al pan una corteza más crujiente. Horneamos durante 15 minutos. Bajamos la temperatura a 200ºC y horneamos durante otros 30 minutos más. Una vez cocido, ponemos a enfriar el pan en una rejilla.
Con qué acompañar el pan de cerveza negra
Este delicioso pan de cerveza negra es como os comentaba muy sabroso para acompañar todo tipo de embutidos y quesos. Además, bien envuelto herméticamente, se mantiene tierno durante dos días. Un truco para que salga perfecto es medir con antelación la cerveza para que la espuma no nos engañe a la hora de pesar el líquido, de esta manera, al reposar, podemos ir rectificando la cantidad para que nos quede justamente lo que nos pide la receta.
En DAP | Pan en microondas
En DAP | Pan integral