La festividad de Todos los Santos es muy celebrada en México, donde se conoce como Día de Muertos.
Son muchas las tradiciones de este día, pero en el gastronómico, que es el que nos interesa, el protagonista es este pan de muerto, que también se consume en la Semana Santa (de hecho, tiene parentescos con nuestra mona de Pascua).
Es un pan dulce muy sabroso con una forma muy peculiar que tiene su historia. La esfera principal del pan está cubierta por esfera de menor tamaño que representa un cráneo y cuatro canillas que representan huesos. Esta forma simboliza los cuatro rumbos del o universo.
Dependiendo del lugar en que se elabore, el pan de muerto se termina con azúcar o sésamo, se añade agua de azahar a la masa y otras fórmulas. Nosotros hemos optado por usar agua de azahar y no lo hemos espolvoreado con azúcar. Nos encanta lo brillante que queda con el baño de huevo. Esperamos que a vosotros también y que os animéis a hacerlo.
Ingredientes
- Levadura prensada fresca 10 g
- Leche 60 g
- Harina de fuerza 250 g
- Azúcar 65 g
- Huevos 2
- Naranjas (ralladura) 1
- Sal 2 g
- Mantequilla 50 g
- Agua de azahar (opcional) 5 g
Cómo hacer pan de muerto
- Tiempo total 1 h 50 m
- Elaboración 1 h 30 m
- Cocción 20 m
- Reposo 4 h
Templamos la leche ligeramente y le añadimos la levadura prensada fresca. Después de un par de minutos la levadura se habrá diluido, así que removemos hasta homogeneizar. En un bol pondremos la harina y hacemos un volcán en el centro. Agregamos la mezcla de la leche y la levadura, uno de los huevos, la ralladura de media naranja, el azúcar, el agua de azahar (en caso de usarla y una pizca de sal. Removemos.
Obtendremos una masa bastante seca, pero se afinará según vayamos añadiendo la mantequilla, lo que haremos en varias tandas. Cada vez que añadamos mantequilla amasamos un par de minutos y dejamos reposar la masa otros 15 minutos. Añadimos nuevamente mantequilla, amasamos dos minutos y dejamos reposar de nuevo 15 minutos. Así hasta terminar con la mantequilla.
A partir de aquí amasamos 2 minutos y descansamos 15. Lo haremos unas tres de veces o hasta que la masa esté fina y elástica. Hay que ser pacientes pues, al ser una masa grasa, lleva más tiempo que se desarrolle el gluten. Cuando consideremos que la masa está lista, boleamos, metemos en un cuenco engrasado con aceite y tapamos. Dejamos fermentar la masa durante dos horas o hasta que doble su volumen.
Transcurrido este tiempo, volvemos a amasar para desgasificar la masa. Separamos un tercio de la masa y lo dividimos en tres partes iguales. Con una de ellas hacemos una pequeña bola y con las otras dos hacemos cilindros. Formamos los huesos con estos tal y como se observa en la foto del paso a paso, haciendo tres hendiduras en cada uno de ellos.
Boleamos la porción grande de masa y colocamos los huesos sobre ella, cruzándose en la superficie. Colocamos el sobrante de los extremos bajo la masa. En el centro de nuestro pan colocamos la bolita y dejamos que fermente de nuevo sobre la bandeja del horno durante una hora aproximadamente (mejor si es en un lugar templado y libre de corrientes).
Una vez fermentado pincelamos el pan por toda la superficie, con mucho cuidado, con huevo batido y cocemos en el horno, pre calentado a 180 ºC, durante 20-25 minutos. Podemos espolvorear el pan con azúcar después de pincelarlo con el huevo, pero esto es opcional. Una vez listo, dejamos enfriar sobre una rejilla antes de comer.
Con qué acompañar el pan de muerto
Esta receta de pan de muerto me ha recordado mucho a los bollos suizos y al roscón de reyes, tanto en elaboración, como en sabor y textura. Es perfecto para empezar el día acompañando al café con leche del desayuno o para matar el gusanillo de dulce a la hora de la merienda, ya sea solo o con un poco de mermelada.
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