La mamaliga es una receta clásica de la cocina rumana (y también moldava y húngara) muy económica y fácil de preparar. Esta suerte de pan se elabora con harina de maíz especial para polenta, a la que recuerda mucho. Su origen se encuentra en los hogares modestos, donde se sirvió como sustituta del pan y constituyó un alimento básico de supervivencia durante años.
En la actualidad se ha convertido en un alimento esencial en cualquier hogar, incluso en restaurantes de todo tipo. Es muy típico servirla como acompañamiento de los tradicionales sarmale, que es el plato de celebración por antonomasia de Rumanía. No obstante sus posibilidades culinarias van mucho más allá y es muy común servirla con quesos y crema agria, agregarla a salsas, como acompañamiento de guisos o, incluso, rellena y a modo de bocadillo.
Su elaboración es sencilla. Solo hay que cocer la harina en agua con sal, agregando (opcionalmente) un poco de mantequilla durante media hora y listo. Hay quienes dejan que tome cuerpo dentro de la propia cacerola, pero a mi me gusta pasar la mezcla a un recipiente limpio y ligeramente aceitado para que se pueda desmoldar con más facilidad. Luego sol hay que cortarla, mejor si usas un hilo de cocina, y ¡a disfrutar!
Ingredientes
- Harina de maíz para polenta
- Agua
- Sal
- Mantequilla
Cómo hacer mamaliga
- Tiempo total 30 m
- Cocción 30 m
Calentamos el agua en una cacerola y añadimos la sal. Cuando se haya diluído bien agregamos la harina de maíz. Lo hacemos poco a poco y a modo de lluvia, al tiempo que removemos, para que no se formen grumos. Cocemos durante media hora, a fuego muy suave, sin parar de remover y despegando la masa que se pegará -inevitablemente- a la base de la cacerola.
La mezcla Iiá espesando y tomando cuerpo poco a poco, según se evapora parte del líquido. Cuando se despegue de las paredes estará lista. La podemos dejar enfriar en la misma cacerola o pasarla a un recipiente ligeramente engrasado con aceite, como he hecho yo. Esto facilita mucho el desmoldado una vez fría y lista para consumir.
Con qué acompañar la mamaliga rumana
Como he mencionado más arriba, la mamaliga se puede acompañar de queso y nata agria o rellenar de otros alimentos como si fuera un sándwich y marcar en una parrilla o sartén, para que quede tostada y ligeramente crujiente por fuera. También se sirve como acompañamiento de sarmale y otros guisos tradicionales de la cocina rumana.
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