Hay que admitir que la comodidad de abrir un paquete de pasta y echar su contenido a una olla con agua hierviendo es algo imbatible. No obstante, la satisfacción que da hacer pasta fresca casera es tan grande que merece la pena el pequeñísimo esfuerzo que supone. Sobre todo si es para preparar este raviolo de yema, ricotta y trufa, una vuelta de tuerca a las tradicionales recetas italianas.
La ventaja de esta receta es que la pasta, una vez hecha, solo se tiene que estirar en una lámina grande y no es necesario darle ningún tipo de forma. Menos tiempo y trabajo que otros tipos de pasta, algo muy de agradecer hoy en día. Con un rodillo y algo de harina, la cosa es coser y cantar. Luego solo hay que cortarla en cuadrados grandes, rellenar y listo para su cocción.
Imagina abrir ese raviolo y que el plato se inunde de una mezcla de yema, ricotta y trufa. Este relleno es garantía de éxito, pero lo puedes variar al gusto. Lo dejo a tu elección, al igual que la salsa con la que lo acompañes. La mía es muy básica: mantequilla, salvia y un poco de agua de cocer la pasta. No necesita más.
Ingredientes
- Harina de trigo 100 g
- Huevo 1
- Yema de huevo 3
- Queso ricotta o requesón 100 g
- Trufa negra fresca 1
- Mantequilla 50 g
- Queso parmesano rallado 50 g
- Pimienta negra molida
- Sal
Cómo hacer raviolo de yema, ricotta y trufa
- Tiempo total 28 m
- Elaboración 20 m
- Cocción 8 m
- Reposo 1 h
Colocamos la harina sobre la encimera, hacemos un hueco en el centro e introducimos el huevo. Lo batimos y empezamos a incorporar la harina poco a poco. Trabajamos con las manos, amasando, hasta obtener una masa homogénea y firme. La envolvemos en papel film y la dejamos reposar en la nevera durante una hora. Mientras tanto rallamos la trufa y la mezclamos con el queso ricotta. Introducimos la mezcla en una manga pastelera.
Transcurrido el tiempo de reposo de la masa la extendemos sobre la encimera, espolvoreada con harina, ayudándonos de un rodillo hasta que quede bien fina. También podemos usar una máquina para pasta y obtener así una lámina uniforme. En cualquier caso, le damos forma de rectángulo.
Rallamos la trufa y la mezclamos con el queso ricotta, un poco de sal y otro poco de pimienta negra. Introducimos la mezcla en una manga pastelera. Dibujamos con ella, a lo largo de uno de los extremos de la pasta, tres aros o roscos en cuyos agujeros quepan las yemas de huevo.
Separamos las claras de las yemas e introducimos estas últimas en su interior. Humedecemos la pasta, alrededor del relleno, con un poco de agua. Después doblamos la pasta sobre sí misma, cubriendo los "nidos" de ricotta y yema de huevo. Presionamos ligeramente los bordes para que queden pegados y cortamos los raviolos.
Cocemos los raviolos en una olla con abundante agua salada durante tres minutos. Al mismo tiempo calentamos la mantequilla en una sartén y, cuando se haya fundido, agregamos el queso parmesano rallado y un cazo del agua de cocer la pasta. Mantenemos la salsa en un hervor suave.
Pasamos los raviolos a la sartén con la salsa y los cocemos un minuto más o el tiempo necesario para que quede al dente. Al ser pasta fresca, no necesita de mucho tiempo, pero lo comprobamos pinchando una esquina con la punta de un cuchillo. Conviene no pasarse para que la yema de huevo quede líquida. Servimos inmediatamente, espolvoreando la superficie con pimienta negra.
Con qué acompañar el raviolo de yema, ricotta y trufa
Este raviolo de yema, ricotta y trufa os encantará si lo preparáis para una cena familiar o si los hacéis con ayuda de la familia por ejemplo en el fin de semana. Es una tarea muy satisfactoria cuya recompensa es un plato absolutamente delicioso. Para acompañar, basta con añadir un poco de queso rallado por encima y ¡a disfrutar!
En DAP | Recetas de macarrones
En DAP | Recetas de raviolis
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios