Ya sea con vieras, zamburiñas negras o volandeiras, este plato, cada vez más habitual en bares y restaurantes, es perfecto tanto para una velada especial (como tantas las que nos esperan por delante en Navidades) como para una cena improvisada.
Esta es una receta sorprendentemente sencilla. Además de las zamburiñas frescas, solo necesitarás aceite de oliva, ajo, y perejil. La clave está en la calidad de los ingredientes y en no cocinarlas en exceso para mantener su jugosidad. En una sartén bien caliente, las zamburiñas (que hemos extraído previamente de sus conchas) se doran por ambos lados, liberando un aroma que os transportará directamente a la costa. El ajo y el perejil añadidos al final, junto con un chorrito de limón, son el toque mágico que realza su sabor natural.
Desde el punto de vista nutricional, este plato es una maravilla. Las zamburiñas son bajas en calorías y ricas en proteínas, además de aportar minerales como el zinc y el hierro. Es una cena ligera, pero nutritiva, ideal para mantenernos saludables sin renunciar al placer de un buen manjar. Y lo mejor de todo, es que al ser cocinadas a la plancha, mantenemos a raya las grasas añadidas, convirtiéndolas en una opción saludable para cualquier noche de la semana.
Si queréis experimentar, las zamburiñas admiten múltiples variaciones. Podéis sustituir el perejil por cilantro o añadir un toque picante con guindilla. Si no encontráis zamburiñas, las vieiras son una excelente alternativa.
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Para despedirnos, os sugerimos acompañar este plato con un vino blanco fresco, como un Albariño, que realzará los sabores marinos de las zamburiñas. Y si buscáis una guarnición sencilla, una ensalada verde es la compañía perfecta. Así que, ¡a disfrutar de una cena rápida, saludable y sobre todo deliciosa!
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