La sepia al ajillo es un plato delicioso, pero que no siempre queda bien: es una tapa infalible si se cocina como es debido, pero correosa e incómoda cuando no la dejan bien tierna.
Prima hermana de la sepia a la plancha, el plato se cocina con una salsa verde de ajo y perejil; y aunque es una receta muy de bar, se hace fenomenal en casa. Y, siguiendo este truco, probablemente te quede mejor que en la mayoría de tascas.
Para lograr que no quede chiclosa, ni demasiado dura, hay que seguir un paso imprescindible que, aunque no lo sepas, se sigue a rajatabla en los bares dónde mejor la hacen: congelar la sepia.
Aunque compres sepia fresca, lo ideal es congelarla previamente, porque esto hace que se rompan las fibras y al cocinarla, quede mucho más tierna. Lo ideal, como siempre que congeléis pescado, es dejarla en el congelador durante 48 horas -si lo compráis directamente congelado os ahorráis este paso-, para luego descongelarla 24 horas en la nevera, sobre un plato.
Antes de cocinar nuestra sepia, vamos a preparar la salsa verde. En un mortero, mezclamos bien tres o cuatro dientes de ajo picados, un puñado de perejil fresco también picado, buen chorro de aceite de oliva y una pizca de sal. Machacamos bien hasta lograr una salsa que, si te sobra, puedes guardar en la nevera para otras elaboraciones. Reservamos.
Para cocinar la sepia es imprescindible eliminar lo máximo posible el agua que lleva. Antes de trocearla, vamos a escurrirla y secarla bien con papel absorbente para, después, pasarla entera por la sartén a fuego fuerte, sin nada de aceite, un minuto por lado, para que suelte el máximo de agua posible.
Ahora sí, retiramos, troceamos, salpimentamos, y cocinamos la sepia en la misma sartén, a la que hemos retirado el agua, con un chorro generoso de aceite de oliva y a fuego medio fuerte. Removemos bien para que se cocine por todos los lados. Pasado aproximadamente un minuto, añadimos un par de cucharadas generosas de la salsa verde, cocinamos otro minutillo y, al final, añadimos un chorrito de zumo de limón. Servimos de inmediato.
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Con qué acompañar la sepia al ajillo
La sepia al ajillo es ideal para un tapeo de fin de semana, pero también, por qué no, para servir de entrante en una comida o cena, festiva o de diario, pues es una receta tan fácil de hacer como saludable. Si queremos servirla como plato único, basta con acompañarla de unas patatas fritas o un poco de arroz blanco. Y a correr.
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