Ingrediente fundamental de la cocina de Oriente Medio, la salsa tahini también llamada tahina o tahin, es un puré cremoso a base de sésamo que se sirve habitualmente con los falafels. También es un ingrediente que forma parte del hummus o puré de garbanzos y del baba ganush o puré de berenjenas, aunque simplemente untada con pan ya resulta deliciosa si os da pereza cocinar otras elaboraciones.
Si hay una preparación fácil de hacer en casa es esta salsa tahini, para la que solo necesitaréis una sartén y una batidora con cuchillas. Es tan sencilla, que si os aficionáis a prepararla en casa nunca más vais a recurrir a la comercial, pues sin duda en la casera se aprecian mucho más el sabor pronunciado y potente, aunque eso sí, con una textura más rústica que las que venden en las tiendas. Yo nunca había probado esta versión y me ha encantado, os animo a que la preparéis.
Ingredientes
- Semillas de sésamo 200 g
- Aceite de oliva virgen extra 90 ml
- Flor de sal 3 g
Cómo hacer salsa tahini casera
- Tiempo total 20 m
- Elaboración 20 m
Comenzaremos, para que nuestra salsa tenga un sabor más pronunciado, tostando las semillas de sésamo. Para eso en una sartén sin nada de grasa ponemos las semillas y las doramos durante cinco minutos. Si compráis sésamo tostado, podéis saltar este paso. Dejamos enfriar el sésamo durante 10 minutos.
Lo siguiente será poner en el vaso de una picadora o molinillo las semillas y la pizca de flor de sal. Comenzamos a picar el sésamo, y cuando comience a formarse una pasta empezamos a añadir el aceite poco a poco, hasta lograr una pasta cremosa.
Cuando consigamos a base de triturar la textura que nos agrade, la retiramos del vaso de la batidora y la pasamos a un bol o a un frasco hermético si no la vamos a a usar en el momento.
Con qué acompañar la salsa tahini casera
La salsa tahini casera se conserva durante semanas en la nevera para usarla en distintas elaboraciones. Si al rellenarla vemos que queda mucho aire en el tarro, podemos proteger la superficie de la salsa con una pequeña cantidad de aceite de oliva. Esta es una salsa de sabor potente, para un sabor más suave, podeis utilizar semillas sin tostar y sustituir el aceite por agua o incluso miel ligera para lograr una variedad con un toque dulce, ideal por ejemplo para acompañar unas berenjenas.
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