Míralas. ¿No te parecen preciosas? A nosotros nos encantan y no solo por su aspecto, sino porque son deliciosas y mucho más fáciles de preparar de lo que pueda parecer. La base de las patatas duquesa es puré de patata con yema de huevo y un poco de grasa al que se da forma con una manga pastelera.
Para que queden bien solo hay que tener un poco de maña con la susodicha y dar en punto adecuado al puré. Cuanto más firme esté, mejor quedarán las patatas duquesa, manteniendo su preciosa forma. Demasiado blando y el calor del horno derretirá el puré dejando nuestras "montañitas" planchadas, así que ojo a la hora de añadir los elementos líquidos para que el puré mantenga su consistencia.
Si no tienes una boquilla de estrella no hace falta que te hagas con ella, usa cualquier otra. Eso sí, asegúrate de que sea una boquilla ancha para que el puré salga bien sin atascarse. Si esto te ocurriera, no aligeres el puré añadiendo más aceite o yema de huevo. Simplemente cambia la boquilla por otra más grande y listo.
Llenamos una cacerola con abundante agua y sal. Introducimos en ella las patatas, con piel. Cocemos a fuego medio hasta que estén tiernas por dentro, lo que comprobamos insertando una brocheta o un cuchillo afilado.
Cuando estén cocidas las retiramos del agua y las escurrimos bien. Pelamos y preparamos con ellas, en caliente, un puré espeso. Ya sea machacando con un tenedor o pasándolas por un pasapurés. Agregamos el aceite (o la mantequilla fundida), la yema de huevo y una pizca de sal.
Introducimos el puré en una manga pastelera con boquilla rizada. Cuando esté templado formamos montañitas rizadas sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal. Pincelamos suavemente con el huevo batido.
Cocemos las patatas en el horno, precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, durante unos 15-20 minutos o hasta que estén ligeramente doradas. Han de quedar crujientes por fuera y cremosas por dentro. Alcanzado este punto las retiramos y servimos inmediatamente.
Con qué acompañar las patatas duquesa
Las patatas duquesa no necesitan acompañamiento, pues eso es lo que ellas son precisamente. Una guarnición excelente para ocasiones especiales. Son decorativas, llamativas y están deliciosas. Crujientes por fuera y cremosas por dentro. Querrás comerlas todos los días.
En Directo al paladar | Receta de patatas fondant: tan tiernas que se funden en la boca
En Directo al paladar | Cómo hacer hash browns, la guarnición de patata con la que querrás acompañar todos tus platos