La tecia es una olla de barro, muy similar a las ollas o marmitas en las que se hacían en España los cocidos, que da nombre a esta receta muy popular en toda la región italiana de Friuli-Venezia-Giuilia, pero particularmente en Trieste.
Hoy casi no quedan tecias y la receta se suele hacer en sartenes convencionales, pero está igual de buena, y es perfecta para servir como guarnición en las barbacoas veraniegas, pero también junto a asados de carne o pescado todo el año.
Lo importante de esta receta es lograr que las patatas estén muy suaves por dentro y crujientes por fuera, algo que se logra friéndolas lentamente en aceite, mantequilla o manteca de cerdo, que es como se hacían antiguamente. Nosotros, por no añadir más grasa de la necesaria, pero sin renuncir al sabor, las vamos a hacer en una mezcla de mantequilla y aceite. ¡Vamos al lío!
En primer lugar, lavamos un kilo de patatas y, sin pelarlas, las añadimos a una olla grande. Las cubrimos de agua, encendemos el fuego, y dejamos que se cocinen durante unos 30 minutos. Con ayuda de un tenedor, comprobamos que están blandas, pero no demasiado cocidas, antes de secarlas. Las escurrimos y dejamos que se enfríen.
Mientras pelamos y picamos la cebolla en juliana, y la panceta en cubos en trozos pequeños. Cuando podamos manipular las patatas sin quemarnos, las pelamos con ayuda de un cuchillo y las cortamos en trozos irregulares de un bocado. Reservamos
Ahora, en una sartén grande donde vayan a caber todas las patatas, echamos una cucharada de aceite y otra de mantequilla. Dejamos que se derrita y, cuando esté caliente, echamos la cebolla, la cocinamos unos minutos y, después, echamos la panceta. Dejamos que se dore todo durante unos 10 minutos y añadimos las patatas.
Con ayuda de un cucharón trituramos parte de las patatas, salpimentamos y echamos otra cucharada de mantequilla. Seguimos cocinando durante 10 o 15 minutos, añadiendo de vez en cuando un poco de caldo vegetal, de carne o de pollo para evitar que las patatas se quemen y añadir sabor. El secreto de este plato es que el exterior de las patatas se tuesten y queden crujientes, para lo que tendremos que ir removiendo constantemente el guiso. Una vez estén las patatas a nuestro gusto, retiramos del fuego y servimos de inmediato.
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Con qué acompañar las patate in tecia
Estas patatas se pueden servir como guarnición, pero también como primer plato –o incluso plato único– en una comida de diario o como tapa en un aperitivo o cena de picoteo. Si sobran, se pueden reutilizar para hacer una exquisita ensalada de patata.
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