Si en nuestra casa hay una salsa recurrente, es la salsa de tomate casera, que como mucho hago cada 15 días, según la cantidad que tenga en la despensa. Desde hace algún tiempo, más o menos un año, me gusta hacerla con tomates asados, y el sabor es todavía mejor.
Esta sencilla técnica la aplico hace mucho cuando empecé asando verduras para purés y frutas para hacer helados, así que viendo el buen resultado desde entonces también hago de este modo la salsa de tomate. Realmente me resulta más cómodo y rápido.
https://www.directoalpaladar.com/recetas-de-salsas-y-guarniciones/salsa-de-frutos-rojos-para-carne-la-receta-definitiva
Calentamos el horno a 200º con calor arriba abajo sin aire. En una fuente para horno colocamos todas las verduras limpias, peladas, excepto el tomate que lo asaremos con su piel. Regamos con un chorretón de aceite de oliva y horneamos durante una hora más o menos hasta que veamos que las verduras están blandas.
Retiramos con cuidado la piel a los tomates y sacamos la parte del tallo. Pelamos los dientes de ajo. Pasamos todas las verduras escurridas por el pasapurés y vemos la textura que nos queda, si está la salsa muy espesa agregamos algo de jugo de la cocción, pero normalmente no hace falta.
Cuando esté a nuestro gusto embotamos y conservamos de la forma que prefiramos. No echo sal porque si congelo algún bote es mejor así. Además como utilizo la salsa para diferentes platos es mejor aderezarla al momento de usarla según convenga con: sal, orégano, albahaca, tomillo...
Con qué acompañar la salsa de tomates asados
Esta salsa de tomates asados podéis tratarla como otra cualquiera, o sea que si queréis envasarla al vacío o congelarla, no hay problema. Es una salsa especialmente rica así que aprovechadla para tomar con pasta, arroz, carne...