El otoño sigue su curso y a nosotros nos provoca una ganas enormes de platos de cuchara y cremas, calientitos y reconfortantes. No paramos de proponer este tipo de recetas, porque sabemos que no somos los únicos que se sienten así. Si hace apenas unos días os contábamos cómo reinventar la clásica crema de calabacín, puerro y queso, hoy le toca el turno a la crema de calabaza al eneldo.
La calabaza es una hortaliza que da mucho juego en la cocina. Con ella hemos hecho platos tan buenos como el pastel rústico de calabaza y queso Parmesano o el risotto de boletus, calabaza y gambones, pero como las cremas no hay nada. Esta hortaliza aporta una textura maravillosa que ninguna otra iguala, por eso no nos cansamos de hacer cremas con ella. Para muestra, nuestra nueva crema de calabaza al eneldo con la que hoy aumentamos la familia.
Pelamos la calabaza, retiramos las pipas y los bigotes que tiene en su interior y la cortamos en pedazos de igual tamaño para que la cocción sea homogénea. Pesamos y utilizamos 500 gramos. La colocamos en una cacerola amplia y colocamos sobre ella el eneldo, sin los tallos (que desechamos).
Regamos con caldo de verduras y llevamos a ebullición el conjunto. Cuando arranque el hervor, bajamos el fuego y cocemos a temperatura suave durante, aproximadamente, 20 minutos. El tiempo dependerá del tamaño de los trozos de calabaza. Si tenemos prisa, los cortamos más pequeños y se cocerán antes.
Si nuestro caldo de verduras no está condimentado, será necesario salpimentar la crema en condiciones. De lo contrario, solo necesitaremos ajustarla ligeramente. Probamos primero para asegurarnos de no pasarnos con el punto. Cuando la calabaza está tierna, la trituramos y servimos inmediatamente.
Con qué acompañar la crema de calabaza al eneldo
Ni que decir tiene que esta crema de calabaza al eneldo es un plato de cuchara que, en días de frío, sienta de maravilla a cuerpo y alma. Es una fabulosa opción para cenar ligero, que podemos acompañar de unas rebanadas de pan con mantequilla o queso crema. También podemos servirla con un chorrito de nata líquida y unas semillas para dar un toque crujiente al plato.
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