Las cremas o sopas frías y los gazpachos son una genialidad y el antídoto perfecto para combatir el calor. Por eso, cuando vi a Arguiñano preparar esta crema de zanahoria y manzana con toque de comino supe que iba a encajar en mi cocina y con los gustos de mi familia. Y así ha sido.
La receta no puede ser más sencilla ni más rápida. Está lista en cero coma, no lleva aceite y solo necesita cinco ingredientes para estar lista. Se puede comer caliente, templada o fría, que es como más se agradece en esta época del año. Pero que cada cual la sirva a su gusto.
El toque de comino es espectacular. Si sois amantes de esta especia, entonces seguro que gozáis esta crema. Si no os va mucho, podéis prescindir de él o sustituirlo por un poco de tomillo, orégano o alguna otra hierba aromática.
Pelamos las zanahorias y retiramos los extremos. Las cortamos en láminas y las introducimos en una cacerola. Agregamos suficiente cantidad de agua para cubrirlas, un pellizco de sal y las hervimos durante 15 minutos o hasta que estén tiernas.
Retiramos las zanahorias del agua (reservando esta última) y las pasamos a un recipiente amplio junto con la mitad de una manzana, pelada, sin semillas y troceada. Trituramos bien. Agregamos la nata líquida y trituramos de nuevo.
Ajustamos el punto de consistencia incorporando agua de la cocción de las zanahorias, al gusto. Por último agregamos media cucharadita de comino molido, sal al gusto y le damos un último golpe de batidora para amalgamar bien la crema. Guardamos en la nevera hasta el momento de servir.
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Con qué acompañar la crema fría de zanahoria
Un cuenco de crema fría de zanahoria y manzana con toque de comino es el entrante ideal de cualquier comida o cena veraniega. Se puede servir en vaso y beber como si fuera un batido, con el chute vitamínico que conlleva. En cualquier otra época del año, en caliente, también se puede disfrutar.
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