Mi receta favorita de calabacines rellenos es una comida tan saludable como fácil

Aunque no queda nada para el fin del verano, todas las hortalizas típicas de estas fechas siguen de plena temporada. Y, si queremos seguir una dieta saludable en estos días de vuelta a la rutina, nada mejor que exprimirlos al máximo.

La receta que os recomendamos para cenar esta noche, unos exquisitos calabacines rellenos de bonito, están de temporada por partida doble, pues tanto la hortaliza como el pescado están en su mejor momento. Siempre puedes prepararla con bonito en conserva, pero con lo barato que está estos días en las pescaderías te recomiendo encarecidamente usar el producto fresco.

La elaboración de este plato no tiene ningún misterio, y lo tendremos liso en menos de media hora. Mientras se calienta el horno, hacemos un sofrito con ajo, cebolla, tomate y, cuando este listo, añadimos el bonito cocinándolo solo muy brevemente (si es en conserva, lo echamos y punto). Reservamos y, cuando esté listo el horno, cocinamos los calabacines con un poco de aceite y sal en el horno. Pasados cinco minutos, vaciamos los calabacines, mezclamos la pulpa con el resto del relleno, lo reintegramos, y gratinamos en el horno con un poco de bechamel y, si queremos, queso, por encima. Imposible resistirse.

Entrando en materia nutricional, este plato es una joya. El calabacín aporta fibra, vitamina C y antioxidantes, mientras que el bonito nos brinda proteínas de alta calidad y ácidos grasos omega-3. ¿El resultado? Una cena que, además de ser rica en sabor, es nutritiva y nos ayuda a mantener el equilibrio sin sumar calorías innecesarias (si quieres hacerlo más ligero, puedes ahorrarte la bechamel).

Si sois de los que no se conforman con el menú básico, hay espacio para la creatividad. Podéis cambiar el bonito por atún o incluso por pollo desmenuzado. Y la misma receta tal cual funciona a la perfección usando berenjenas.

Y para cerrar con broche de oro, qué mejor que un maridaje sencillo para esta cena. Un vino blanco Albariño bien fresquito sería perfecto. Pero si preferís algo sin alcohol, un agua con gas y unas rodajas de limón pueden hacer el trabajo. No olvidéis el pan, porque la salsa del relleno se lo merece.

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