Este truco convierte uno de los aperitivos que más nos gustan en una cena completa y saludable

En estos días de verano, con un calor sofocante, da pereza liarnos en la cocina, pero también podemos hartarnos de comer frío todo el rato. A veces solo hace falta dar una vuelta de tuerca a los recursos de siempre para transformar un aperitivo para salir del paso en una cena como dios manda.

Hace año que el hummus conquistó nuestros corazones. Y no solo el que compramos ya elaborado. Hacer un hummus casero no tiene ningún misterio. Si encontráis tahina decente (hay también en el Mercadona) las palabras "comprado en el supermercado" nunca más seran una opción.

Para hacer hummus basta con triturar unos garbanzos cocidos con tahini, zumo de limón, un poco de ajo y aceite de oliva, hasta conseguir una textura suave y cremosa. Y aquí viene el añadido que obra la magia: cubrid una bandeja con vegetales de todo tipo –pimientos, berenjenas, calabacines, cebolla roja, tomates cherry...–, añadid un chorrito de aceite, un poco de sal y metedlos en el horno hasta que estén tiernos y dorados. Luego, no hay más que servir el hummus generosamente y coronarlo con estos vegetales asados.

Este plato, además de ser delicioso, es una opción realmente saludable. El hummus es rico en proteínas y fibra gracias a los garbanzos, mientras que la tahina aporta grasas saludables. Los vegetales asados, por su parte, son una fuente de vitaminas y minerales, y el asado permite conservar todos estos nutrientes. Además, al no contener ingredientes de origen animal, es perfectamente apto para una dieta vegana o vegetariana.

Si queréis darle una vuelta a la receta, el hummus admite múltiples variaciones. ¿Qué os parece añadir un poco de remolacha cocida para conseguir un hummus de un vibrante color rosa? ¿O añadir un toque picante con un poco de harissa o sriracha? Incluso podéis cambiar los garbanzos por lentejas y disfrutar de un delicioso hummus de lentejas. Y si queréis explorar más allá, en Directo al Paladar encontraréis recetas de patés vegetales, como el paté de champiñones o el baba ganoush, de berenjena, que pueden servirse de la misma forma.

Para acompañar este plato nada mejor que un buen pan de pita y, para beber, un vino blanco fresco o una cerveza artesana de trigo. Y si queréis algo sin alcohol, un té verde frío o una limonada casera serán la combinación perfecta.

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