¿Una mermelada sin azúcar? ¿Y está buena? Eso fue lo que me preguntaron mis hijos cuando les conté lo que podían desayunar. Pues sí, esta mermelada sin azúcar de fresas, manzana y chía no es tan dulce como una mermelada de fresa tradicional, pero está deliciosa, pues se aprecia solamente el sabor de la fruta y la textura un poco granulada contrasta perfectamente con la suavidad el pan sobre el que la degustamos.
Por supuesto, esta receta es apta para celíacos, intolerantes a la lactosa, alérgicos a las proteínas lácticas o a los frutos secos (si no se presenta sintomatología asociada a las semillas de chía), control de peso, diabéticos, vegetarianos y veganos. Es decir, ¡para todo el mundo! Así que disfrutad del placer de un desayuno saludable y de un sabor que os conquistará en cuanto lo probéis.
Si hacemos esta receta con Thermomix, ponemos en el vaso la manzana y las semillas de chía y troceamos 3 seg/vel 5. Bajamos los ingredientes del vaso con la espátula. Añadimos las fresas y el zumo de limón, colocamos el cestillo en lugar del cubilete y programamos 45 min/95º/vel 1. Después programamos 5 min/Varoma/vel 1.
Si hacemos esta receta sin Thermomix, ponemos todos los ingredientes en un cazo al fuego, no demasiado alto, y removiendo siempre vamos dejando que la mezcla espese hasta conseguir la textura deseada. Aproximadamente será una hora de cocción.
En ambas preparaciones, repartimos la mermelada en dos tarros y los ponemos en una olla cubiertos completamente de agua. Debemos dejar que hiervan durante una media hora y después dejarlos enfriar dentro del agua. Si vamos a consumirlos enseguida, podemos guardar los tarros en la nevera sin esterilizar, se conservan entre siete y diez días perfectamente.