No sé a vosotros, pero yo no salgo de la sota, el caballo y el rey cuando preparo el desayuno cada mañana. Café con leche, tostada con tomate y aceite, fruta y se acabó. Con lo mucho que disfruto probando sabores y recetas nuevas, me he dado cuenta que mis desayunos son de lo más monótono así que me he propuesto variar un poco y he empezado por este smoothie de piña, mandarina y jengibre.
Hace poco veíamos qué tipo de smoothie beber según el objetivo que persiguiéramos. Pues bien, este smoothie de piña, mandarina y jengibre es de los que ayudan a reforzar nuestro organismo y sistema inmunitario. Está bien cargado de antioxidantes, vitaminas y minerales, además de estar delicioso. Así que el placer de beberlo llega por partida múltiple.
Ingredientes
- Piña natural (pelada) 0.5
- Mandarina 3
- Zumo de naranja 150 g
- Miel 50 g
- Jengibre fresco 10 g
Cómo hacer smoothie de piña, mandarina y jengibre
- Tiempo total 10 m
- Elaboración 10 m
La piña que he utilizado en este smoothie estaba congelada, lo que hace más refrescante el resultado sin necesidad de tener que añadir hielos para conseguirlo. Cuando compro piña suelo limpiarla entera y trocearla. Si no la consumo toda y congelo parte de ella para usar en preparaciones como esta. Viene bien tener unos trozos en el congelador.
Colocamos la piña congelada en el vaso de un robot de cocina y trituramos. Pelamos las mandarinas, les retiramos las posibles pipas que puedan contener y las añadimos al vaso. Pelamos el jengibre, lo troceamos groseramente y lo añadimos al vaso. Trituramos hasta obtener una masa homogénea.
Incorporamos el zumo de naranja y la miel y trituramos de nuevo. Ajustamos el punto de dulzor y el espesor, añadiendo más miel y más zumo de naranja si lo consideramos necesario. Si no tenemos un robot de cocina potente y nos quedan restos de mandarina sin triturar, podemos pasar el smoothie por un chino antes de servirlo.
Con qué acompañar el smoothie de piña, mandarina y jengibre
Además de para el desayuno, este smoothie de piña, mandarina y jengibre es estupendo para la hora de la merienda. Es una bebida refrescante y cargada de nutrientes que entra muy bien, así que es perfecta para aquellos que no son muy aficionados a la fruta en su forma original. Apetece en días de calor como los que estamos teniendo ¡y los que nos quedan por venir!
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