"Lo siento, pero la freidora ya no nos da para más" cuando en un bar, alguno de sus camareros tiene que hacer esta afirmación delante sus clientes, creo que es la mejor prueba de que las cosas les están yendo muy bien. Ésa frase la escuché yo hace unas semanas en uno de los bares más emblemáticos del distrito de Ciudad lineal, el bar Docamar.
Desde hace tiempo, tenía una deuda sentimental con uno de los bares que han marcado y que siguen marcando mi vida. Este post es mi pequeño homenaje. Pero antes una aclaración. No conozco a nadie del bar personalmente, más allá del trato que he tenido con ellos durante los años. Sinceramente, creo este pequeño secreto de Ciudad Lineal, merece ser compartido entre más gente.
Estoy hablando, sin exagerar, del bar en el que mejores patatas bravas se hacen, yo diría, de toda España. En serio, he viajado a muchos sitios y la comparación es inevitable. En todos los sitios tienen bravas, en todos los sitios hacen patatas y salsas bravas, pero en ningún sitio la combinación de las patatas y la salsa, se puede comparar a las que hace este modesto bar del distrito de Ciudad Lineal en Madrid.
Vamos con las patatas. A pesar de lo que digan, la patata es un alimento excelente, de los más completos que hay, y como tal no engorda, depende de cómo lo preparemos. Las calorías, pese a las modas, siguen siendo las calorías. Para mí, el secreto de unas buenas patatas bravas está en el corte, no superando un determinado tamaño; ni como patatas fritas, ni como patatas cocidas. Yo diría que deben ser poliedros de unos 3,4 cm por cada lado. Las bravas del docamar cumplen a la perfección este requisito. Luego está el tema de la cocción y la fritura. Y aquí es donde estas bravas muestran su máximo esplendor.
Están perfectamente cocidas por dentro, yo creo que nunca me he encontrado ninguna que esté dura o demasiado blando, pero es que además, el toque final del frito hace que estén lo suficientemente consistentes por fuera, como para que sean crujientes y suaves a la vez. Una verdadera delicia.
Y luego está la salsa. Para que os hagáis una idea. La gente compra las botellas directamente. Me refiero a las botellas de salsa. Se las llevan a casa y así puedes tratar de emular una ración de bravas del docmar, pero el resultado no se mismo. Por supuesto, también la puedes usar para darle un puntito extra a la tortilla de patatas.
También es interesante señalar el emplazamiento tan especial que tiene este bar. Está situado en la popular plaza de Quintana. Una plaza que también es conocida por ser uno de los sitios de intercambio de cromos más famosos de Madrid. El bar hace esquina con esta plaza y no tiene ninguna calle cerca, lo cual lo convierte en un lugar ideal como punto de encuentro, para familias y amigos.
Además, y es algo que siempre agradeceré como padre, fue uno de los primeros bares de Madrid que prohibió fumar dentro del local. Esto lo convirtió en un sitio especial para las familias con niños pequeños. Podías llevarlos contigo, sin que después tuvieras que meterlos directamente la ducha y poner una lavadora entera. Además, si hace buen tiempo, los niños tienen toda una plaza en la que jugar o cambiar cromos.
Es un bar que ha sabido reinventarse con el tiempo; ha sufrido varias reformas junto con la propia plaza. Se puede decir que han co-evolucionado juntos en el tiempo. Además, muchos de los camareros que estaban cuando yo apenas tenía 10 años, siguen trabajando hoy en día. Algo que, en mi opinión, habla bien del trato personal que tienen con los empleados en el bar, y de la importancia que dan al servicio.
Sinceramente, recomiendo a todos aquellos lectores de Directo al Paladar que son de Madrid, o que visiten alguna vez Madrid y quieran probar unas patatas bravas exclusivas, no pierdan la oportunidad de ir un domingo a la plaza Quintana a tomarse unas. Si además hacéis colecciones de cromos el combo será perfecto.
Por supuesto, el bar tiene otras muchas raciones. De calamares, patatas tortilla, oreja, y unas deliciosas patatas alioli. Pero sinceramente, nunca y en ningún otro sitio hasta ahora he probado esa combinación perfecta de unas patatas en su punto de fritura y cocción con una salsa picante como la de este bar.
Por cierto, que si alguno de vosotros conoce otro lugar especial para tomar patatas bravas, que lo ponga en los comentarios. Y claro está si alguien también conoce el "doca", sería genial que compartiera su opinión con el resto de lectores.
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