En pleno centro del pueblo de Sant Agustí des Vedrà, en Ibiza, se encuentra el Restaurante Can Berri Vell, emplazado en una casa tradicional ibicenca del siglo XVII que conserva la arquitectura y la estética típica de la isla: formas cúbicas, muros anchos, paredes encaladas y orientación al sur, para que la casa fuera cálida en invierno y fresca en verano.
Justo enfrente del restaurante se encuentra la bonita y sencilla iglesia de Sant Agustí, del siglo XVIII. Es el único templo de toda la isla orientado al oeste, debido al enfrentamiento de dos familias del lugar sobre la propiedad del terreno sobre el que se iba a asentar la iglesia. Para evitar la disputa, la fachada principal del templo se orientó de cara a la casa de los litigantes.
Ahora que ya os he puesto en antecedentes sobre el encanto del establecimiento, puedo recomendaros que, si tenéis oportunidad, reservéis mesa para cenar en él. Seguro que, como a mí, os cautivará tanto la deliciosa carta del chef Bruno Hernández como el ambiente romántico y relajado del que se disfruta. Dejaos aconsejar por Vicent Tur, el atento anfitrión que os atenderá en la mesa.
Si tenéis suerte y encontráis una mesa libre en el patio central del restaurante o en la terraza delantera, podréis degustar del menú que escojáis a la luz de las velas y al aire libre, pero cualquiera de las salas del interior, decoradas al estilo ibicenco, seguro que os cautivarán igualmente.
Como es habitual cuando vamos a cenar fuera, decidimos compartir dos entrantes, para empezar a abrir boca, y después elegir un segundo para cada uno. Los entrantes elegidos fueron un carpaccio de atún rojo con vinagreta cítrica de soja y unos huevos estrellados con sobrasada y salteado de setas silvestres.
No sé si os pasa lo mismo a vosotros, pero cuando veo una carta tan apetecible como la de este restaurante, me gustaría poder probar un poco de cada uno de los platos. Como es algo imposible, lo de compartir los entrantes es una buena forma de poder llegar al máximo de sabores, aunque sea una opción que sólo puede escogerse cuando se tiene confianza con el resto de comensales.
Los segundos que escogimos fueron: rodaballo asado sobre una crema de zanahoria y cítricos caramelizada al aroma de trufa blanca; bacalao confitado a la naranja sobre una base de ajorriero; solomillo de ternera con foie fresco, salsa de trufas y frutos rojos y cordero asado en dos tiempos con relleno vegetariano de trompetas y un toque de Malvasia de Can Rich.
Mi elección fue el rodaballo, me encanta este pescado, y estaba muy bien cocinado, pues es muy fácil pasarse en la cocción con lo que el resultado final es demasiado seco. El toque de cítricos combina estupendamente con el sabor del rodaballo. Os lo recomiendo.
Los postres decidimos también compartirlos. Escogimos postre especial 30 aniversario de diversas texturas de chocolate en blanco y negro y piña caramelizada con espuma de fruta de la pasión y helado de coco al ron. Con lo fan que soy del chocolate, en esta ocasión me gustó más la piña caramelizada. Me encantó el helado de coco al ron que la acompañaba, un resultado de lo más refrescante.
En definitiva, el restaurante Can Berri Vell es un establecimiento que os puedo recomendar, aunque las raciones no son demasiado abundantes por el precio del plato, seguro que disfrutaréis de la exquisitez de la materia prima y del entorno privilegiado donde se enmarca.
Restaurante Can Berri Vell
Plaça Major 2 Sant Agustí des Vedrà Ibiza Tfno. 971 34 43 21 Precio medio por persona 45 euros
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