Restaurante Janatomo

Restaurante Janatomo
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Hace unos días, volví a recibir la visita de mi gran amiga, con la que siempre termino comiendo en un restaurante japonés. Es inevitable y consustancial a nuestra naturaleza, creo que a ambas nos encantaría sucumbir bajo un río de sushi y tempura. No nos cansaremos nunca… Esta vez escogimos el restaurante Janatomo y fue un acierto, ya que aunque tuvimos que reservar a una hora tardía, mereció la pena conocer este local.

El lugar es muy agradable, un gran espacio teñido de rojo, en el que se han delimitado espacios creando varios comedores separados pero conectados visualmente mediante cristales. Cada uno de los espacios tiene unas seis mesas, lo que hace que el ambiente sea suficientemente íntimo. La carta es extensa y variada, y a la hora de elegir nos decantamos por los para nosotras tradicionales tempura y sushi, entre otros platos.

Pero antes de que el camarero terminara de redactar la comanda, mi amiga añadió: -y probaremos también la medusa, mientras entregaba la carta y me miraba con ojos sonrientes. Y yo pensaba, bueno, ha llegado el momento, no me voy a poner tonta ahora, esto me pasa por decir de este agua no beberé...

Y tras un ligero aperitivo llegó ella, la medusa, troceada en tiras y cocinada con una salsa sabrosa, y allá que fuimos como una sola mujer, extrayendo con los palillos las tiras y llevándolas a nuestras temerosas bocas.

Hay que decir que estaba bien condimentada, con una salsa que le daba un sabor agradable, pero la textura era extraña, difícil de definir. Algo así como una mezcla de crujiente y gelatinoso; crujiente al primer mordisco y gelatinoso al masticar. No fue un plato que nos agradara, pero no por culpa de la cocina, que hizo su parte con corrección.

Tempura moriawase

La tempura estaba sencillamente estupenda, con la verdura y los langostinos en su punto cubiertos por una capa crujiente y fina, de las mejores que he comido. Pedimos makis de salmón y california roll. Los segundos nunca llegaron a la mesa, y cuando nos dimos cuenta ya estábamos bastante llenas, así que no los reclamamos.

No reparamos en que las continuas carreras de la encargada, que iba de un lado a otro del restaurante, tenían que ver con ese hecho, pero hay que decir que cuando tras los postres dio con nuestra mesa, su forma de disculparse fue tan correcta y afectuosa que casi tenemos que consolarla a ella. Hay que decir que los makis estaban muy buenos y no pasaron mucho tiempo en el plato.

Salmon maki

Solomillo teriyaki

El solomillo teriyaki llegó en un recipiente de hierro sobre una gran llama. Tierno y delicioso, de esos platos que nunca quieres terminar de comer. En el postre, nos refrescamos con un helado de judías rojas, bueno de sabor pero con algún trozo de hielo en su interior.

Y algo que no conocíamos: un flan de sésamo negro. La textura es algo más tosca que un flan de huevo, y su color oscuro, dado su ingrediente principal, pero el sabor a sésamo es intenso y se deja comer con facilidad. No dudaría en volver a pedirlo de nuevo.

Flan de sésamo negro

Helado de judías rojas azuki

El restaurante Janatomo me gustó mucho; las dos salvedades, el hielo en el helado, y el olvido de un plato, no dejaron que dejáramos de ver un buen trabajo en la cocina y en el servicio.

Hay situaciones que todos podemos entender que sucedan, la grandeza está en la manera en que estos temas se resuelven, y la jefa de sala no pudo ser más encantadora con nosotras, aún cuando no se le exigió ninguna explicación. Para beber, una copa de vino y una cerveza Saporo, en lata de medio litro. El cubierto no llegó a los 30 euros por persona.

Un vistazo a…
Onigirazu o sándwich de sushi japonés

Restaurante Janatomo

Comida japonesa
C/ Reina 27 Madrid
915 215 566

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