Puede que ninguno de nosotros lleguemos a practicar lo suficiente como para convertirnos en maestros tiradores (aunque con las 9 claves para tirar una buena caña es más fácil) pero no está de más saber cómo reconocer una caña tirada con maestría, para que no nos den gato por liebre y podamos disfrutar de nuestro ansiado líquido dorado como mandan los cánones.
Es por eso que es importante conocer a la perfección los conceptos que definen a una buena cerveza, para así poder reconocerlos cuando nos sirvan una y estar tranquilos de que nos encontramos ante una buena cerveza.
Qué define a una buena cerveza
La crema
Hay a quien no le gusta la espuma en la cerveza, o que incluso considera que el camarero le está escatimando cerveza al servírsela con esos dos centímetros de espuma reglamentarios, pero la realidad es que la crema cumple una función importante.
Su misión principal es evitar que la cerveza entre en contacto con el aire, lo que, en primer lugar, la protege de la oxidación, manteniendo su sabor, y en segundo lugar, impide que el carbónico se escape. Así nuestra cerveza se mantendrá sabrosa y refrescante durante todo el trago.
La nube
Cuando el carbónico que sube desde el fondo de la copa se encuentra con la espuma, no puede seguir ascendiendo, formando una pequeña nube de gas que notamos al dar un sorbo de nuestra cerveza, y que es en gran parte responsable de sus propiedades refrescantes.
Para que se forme esta nube es esencial la capa de crema que hemos mencionado antes, porque sino el gas simplemente escaparía como en una copa de champán, y el efecto no sería el mismo.
La burbuja
Como acabamos de comentar, la burbuja es parte esencial del efecto refrescante de la cerveza. Una buena cerveza debe tener un pequeño y constante reguero de pequeñas burbujas ascendiendo desde el fondo del vaso para que resulte agradable desde el primer hasta el último trago.
Los aros
Los aros de espuma que se quedan en el borde de la copa son la forma de comprobar, a posteriori, de que hemos disfrutado de una buena cerveza. Son la marca de cada trago que hemos dado, e incluso sirven para saber más sobre el bebedor.
Por ejemplo, si son pocos, muy espaciados y tenues, estamos ante alguien sediento, mientras que si son marcados y abundantes, estamos ante alguien que ha paladeado su cerveza lentamente. En cualquier caso, son una marca de que esa cerveza se ha servido con maestría.
Otros elementos para reconocer una buena cerveza
El aroma
Aunque el aroma varía mucho dependiendo del tipo de cerveza, debemos reconocer fácilmente las notas dulces de la malta y el toque herbáceo del lúpulo. Luego podríamos notar muchos más matices, pero una cosa que no deberíamos notar nunca es olor a manzana o sidra, pues es sinónimo de que la cerveza ha sufrido alguna alteración en alguna parte del proceso (mal almacenaje, grifo o barril en malas condiciones, demasiado tiempo almacenada...) y podemos rechazarla como lo haríamos con un vino picado.
La copa
La copa debe estar siempre limpia, sin muescas y a ser posible sin esos pequeños arañazos que se forman tras muchos pasos por el lavavajillas, y que nos impiden disfrutar completamente de nuestra cerveza ya que no se aprecia plenamente su color.
La temperatura
Una cerveza servida en un vaso o copa recién salido del lavavajillas es algo que nunca haría un maestro cervecero, ya que la temperatura de servicio de una cerveza es crucial. Igualmente, tampoco es necesario servir la cerveza en copas heladas, ya que si una cerveza está demasiado fría no se pueden apreciar correctamente.