Los malos hábitos de vida actuales son responsables de la mayor parte de las enfermedades que hoy nos afectan, por eso, una nueva corriente llamada mindfoodness o alimentación consciente intenta ayudarnos a mejorar la forma en que comemos. Hoy te contamos qué es y cómo puede beneficiar tu salud este tipo de alimentación.
¿Qué es la alimentación consciente?
En las redes sociales este tipo de alimentación se conoce como mindfoodness, un término que deriva del mindfulness que es la capacidad de prestar atención plena al momento presente. Es decir, sería el mindfulness aplicado a la alimentación para lograr la capacidad de prestar atención a lo que comemos.
Según el psicólogo- psicoterapeuta Alejandro Camacho Alpuente, el mindfoodnes implica relacionarnos con los alimentos a través de mindfulness o conciencia plena. También implica una nueva relación con nosotros mismos, pues debido al componente emocional que hay bajo muchas forma de comer y que a su vez ello lleva a muchos problemas con la alimentación, el mindfulness podía ser una herramienta muy buena en el ámbito de la salud alimentaria.
En definitiva, el mindfoodness o alimentación consciente busca mejorar la forma en que nos relacionamos con la comida trabajando en la esfera mental y emocional sobre todo. No es una dieta en particular ni un recurso para perder peso, sino que es una forma de alimentarnos cuyo fin último es mejorar la forma en que comemos.
Cómo una alimentación más consciente puede beneficiar la salud
Si nos detenemos a pensar en la forma en que comemos fácilmente nos daremos cuenta de lo mucho que se modificaría nuestra alimentación si intentamos volver más consciente la misma, estar más atentos al momento de comer.
En la actualidad el ritmo de vida que llevamos nos empuja a comer con prisas, sin registrar en su mayoría lo que ingresa en nuestra boca y muchas veces, sin preguntarnos acerca de qué estamos metiendo en nuestro cuerpo o si realmente tenemos hambre y deseos de comer.
Pero el mindfoodness o la alimentación consciente intenta desarrollar en nosotros el comportamiento contrario, es decir, promueve el autocontrol y el autoconocimiento, rescatando señales internas que tenemos olvidadas y volviendo más "racional" y menos automático el comer actual.
De esta forma, la alimentación consciente puede ayudarnos a prevenir la obesidad, pues nos ayuda a comer por necesidad controlando las ingestas por emociones o por factores externos así como otros comportamientos nocivos como los atracones según señala un estudio publicado en Obesity Reviews.
De igual forma, por mejorar la relación con los alimentos y así, promover un comportamiento alimentario saludable, la alimentación consciente o mindfoodness puede contribuir a la prevención de diferentes trastornos alimentarios, como concluye una investigación publicada en Eating Disorders.
El mejor autocontrol al momento de comer puede ofrecer más beneficios a nuestra dieta y por lo tanto, a la salud del organismo, como por ejemplo: reducir los antojos y tentaciones o el comer por estímulos ajenos a la verdadera necesidad de ingerir alimentos como ha concluido un estudio publicado en 2010, o también, optimizar el tamaño de las porciones de alimentos ingeridas como señalan científicos canadienses y australianos.
La alimentación consciente entonces pretende desarrollar en nosotros la capacidad de ajustar en la medida de lo posible lo que comemos a las necesidades del cuerpo, sin evitar aquellos momentos placenteros vinculados a la alimentación.
Por todas estas razones, una alimentación más consciente puede evitar conductas nocivas al momento de comer que con el tiempo, perjudican la salud.
Cómo poner en práctica el mindfoodness
Para lograr una alimentación más consciente o poner en práctica el mindfoodness, se requiere de un abordaje integral no sólo de la mano de profesionales de la nutrición, pues se requiere de entrenamiento a nivel cognitivo, conductual y emocional que nos permita un mayor autoconocimiento y el logro del autocontrol al momento de comer.
Así, se requiere de apoyo profesional y de la puesta en práctica de una serie de ejercicios que nos ayudan a volver más consciente las señales internas y a controlar las externas. Por ejemplo: aprendemos a diferenciar hambre fisiológico de hambre psicológico, a disfrutar de un bocado placentero y a reconocer la saciedad en nuestro cuerpo.
No es algo que lograremos de un día para el otro, pero con el tiempo es posible alcanzar una alimentación más equilibrada y una relación saludable con los alimentos que nos permita disfrutar de la comida y alejarnos de enfermedades producidas por malos hábitos alimentarios.
Entre los recursos usados para lograr una alimentación consciente que desde ahora puedes poner en práctica encontramos el registro diario de alimentos, el sentarnos a comer siempre y hacerlo sin distractores (televisión, música u ordenador), masticar cada bocada y comer más despacio.
Bibliografía consultada | Obesity Reviews, Volume 15, Issue 6, June 2014, Pages 453–461; Eating Disorders, Volume 19, 2010, Issue 1; Appetite, Volume 55, Issue 1, August 2010, Pages 160–163; Journal of Health Psychology, Vol 19, Issue 6, 2014.
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