Habitualmente escuchamos hablar del poder antioxidante de determinados alimentos y creemos conocer de qué se trata, pero si aun no tienes bien en claro qué son los antioxidantes, hoy dedicamos unas líneas a ellos y además, te mostramos cómo incluirlos a tus platos en beneficio de la salud.
Antioxidantes, compuestos con grandes beneficios
Los antioxidantes son sustancias o moléculas que tienen la capacidad de neutralizar el efecto del estrés oxidativo en nuestro cuerpo, que se produce ante la presencia de radicales libres del oxígeno.
Estos radicales libres se producen de forma natural en nuestro cuerpo y los antioxidantes pueden evitar su acumulación o neutralizar su efecto para proteger la estructura y el funcionamiento de cada célula del organismo.
Por ello, no sólo evitan el envejecimiento, sino también, refuerzan las defensas, ayudan a prevenir enfermedades infecciosas o degenerativas como el cáncer, y también protegen el funcionamiento del sistema cardiovascular y del cerebro.
Nuestro organismo naturalmente también cuenta con algunos antioxidantes, pero algunos factores externos como el estrés, una mala alimentación, el ejercicio físico intenso, el tabaquismo u otras condiciones, pueden incrementar las necesidades de estos compuestos al exacerbar la producción de radicales libres del oxígeno.
Por ello, si queremos cuidar la salud, estos compuestos que tienen grandes beneficios sobre el organismo porque nos protegen del potencial daño celular, no deben faltar en nuestros platos.
Los principales antioxidantes
Entre los principales antioxidantes podemos encontrar minerales, vitaminas u otros compuestos que naturalmente encontramos en algunos alimentos, por ejemplo:
Vitamina C: es el clásico micronutriente que identificamos como antioxidante y que se encuentra en todos los cítricos y en verduras y frutas frescas en general, sobre todo, en el pimiento, el perejil o el repollo.
Vitamina A y carotenos: se encuentran sobre todo en vegetales de color verde oscuro o en hortalizas color naranja o amarillo, como pueden ser las espinacas, la zanahoria, el maíz o la calabaza.
Vitamina E: es otro conocido antioxidante que podemos encontrar en ingredientes habituales como los aceites vegetales, los frutos secos en general o las semillas.
Selenio: es un mineral que el organismo necesita en pequeñas proporciones, podemos encontrarlo en pescados, frutos secos y semillas.
Compuestos fenólicos: entre los más conocidos están los flavonoides o el resveratrol. Se pueden encontrar en alimentos de color morado, violeta o rojo oscuro como los arándanos, la granada, las uvas o la col lombarda, pero también en el café, el té negro o el vino tinto.
Omega 3: constituye un tipo de grasas insaturadas que podemos encontrar en pescados grasos, semillas y frutos secos.
Zinc: es un mineral que se encuentra en alimentos de origen animal principalmente, como las carnes rojas, huevos, pescados y vísceras.
Estos son los principales antioxidantes que podemos sumar naturalmente a nuestros platos con los alimentos que los contienen y que pueden ayudarnos a prevenir el daño o envejecimiento celular que ocasiona el estrés oxidativo en nuestro cuerpo.
Consejos para incluir antioxidantes a tus platos
Ahora que ya sabes qué son los antioxidantes y cuáles son las principales fuentes naturales de estos compuestos que pueden ofrecer grandes beneficios sobre nuestra salud, dejamos algunos consejos para que no falten en tus platos:
Incrementa la presencia de frutas y vegetales frescos en tus preparaciones, que conservan todos sus nutrientes entre los cuales podemos encontrar potentes antioxidantes como la vitamina C.
Añade frutos secos y semillas a tus platos, para obtener mediante ellos omega 3, selenio y vitamina E.
Bebe una copa de vino tinto a diario para sumar por medio de ella polifenoles antioxidantes.
Consume más té u otras infusiones de hierbas naturales que pueden ofrecer compuestos fenólicos e incluso vitamina C antioxidante.
Incorpora más pescados a tus recetas para garantizar la presencia de omega 3 y zinc en tu dieta habitual.
Consume las frutas y verduras con piel cuando sea posible, ya que muchas veces es allí donde se concentran antioxidantes como sucede con la manzana, según nos cuentan en Vitónica.
Usa más hierbas y especias para condimentar tus platos, que como ya hemos dicho, son una excelente fuente de antioxidantes aunque se utilicen en pequeñas cantidades.
Incluye diferentes colores en tus platos, ya que garantizan la diversidad de nutrientes y por ello, se traduce en la presencia de antioxidantes distintos, como te contamos antes en Directo al Paladar.
Teniendo en cuenta estos consejos y las principales fuentes de antioxidantes que puedes usar en la cocina, podrás garantizar la presencia de estos compuestos en tus platos y así, proteger o potenciar la salud de tu organismo.
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