Durante el verano y cuando las altas temperaturas aprietan, todos nos acordamos de lo importante que es beber líquidos con frecuencia para prevenir una deshidratación aguda. Por el contrario, en otoño y en invierno en que sudamos menos y no experimentamos calor, solemos reducir considerablemente la ingesta de agua y ello puede perjudicarnos notablemente. Para evitarlo, te contamos cómo puedes cuidar tu hidratación en los meses más fríos del año.
En invierno, la hidratación también es importante
Aunque no lo creamos, en los meses de frío también tenemos riesgo de deshidratación e incluso, podemos ser más vulnerables que en verano si realizamos actividad física y no ingerimos suficientes líquidos.
Cuidar la hidratación implica proteger al organismo todo, ya que de adecuados niveles de agua dependen todos los procesos metabólicos del organismo: desde la digestión y absorción de nutrientes hasta la transmisión de impulsos nerviosos y la quema de grasas.
Por ello, si queremos rendir al máximo física e intelectualmente, tener un buen proceso digestivo y unas defensas intactas que nos ayuda a prevenir enfermedades frecuentes de esta época del año como gripes y resfriados, resulta fundamental que no descuidemos la hidratación en esta temporada de frío.
Consejos para hidratarnos bien a pesar del frío
Beber agua resulta refrescante en verano, pero en invierno no nos apetece un vaso de agua fría ni mucho menos un batido helado o una ensalada de vegetales frescos que posee un alto contenido de agua, por eso, solemos reducir considerablemente los líquidos de nuestra dieta en esta temporada.
Sin embargo, una forma de no descuidar la hidratación en los meses más frío es adaptar toda nuestra dieta para que la proporción total de agua que ingresa al organismo no se modifique en el día a día:
Las mejores bebidas para el invierno
Ya no aconsejaremos líquidos fríos o con hielo durante estos meses como sí lo hacemos en verano, sino que por el contrario serán más aceptados e incluso deseados los líquidos o bebidas de temperatura templada a elevada.
Así, además de incrementar la temperatura del refrigerador para beber agua menos fría o bien, escoger agua a temperatura ambiente, recomendamos las siguientes bebidas:
- Té de diferentes tipos: son infusiones ideales para esta temporada y en muchos casos pueden ofrecernos buenos nutrientes así como antioxidantes que también contribuyen a reforzar las defensas del organismo. Algunas buenas alternativas son el té verde, el té de jengibre, té chai, té negro u otros que resulten de nuestro agrado.
- Café con o sin cafeína: en cantidades no superiores a las 5 tazas diarias podemos disfrutar de esta bebida tan popular que ofrece entre otras cosas polifenoles con efecto antioxidante y antiinflamatorio en nuestro organismo.
- Aguas de sabores: siempre agregar sabor al agua favorece su ingesta y así como en verano podemos preparar aguas con hierbas, vegetales o frutas a baja temperatura en invierno podemos hacerlo a una temperatura superior para incrementar el consumo de líquidos.
- Limonadas: ya sea la clásica de limón y lima o bien de frambuesas, de granada o de otras frutas de temporada, siempre podemos elaborar estas bebidas que serán fuente de buenos nutrientes y electrolitos que incrementan la hidratación en esta temporada.
- Leche: es dentro de las diferentes bebidas que encontramos a nuestra disposición una de las que mayor poder hidratante posee debido a que no sólo aporta agua sino también electrolitos como el potasio que favorecen el adecuado balance hidrico en el organismo. Una leche caliente, con canela, con cúrcuma para elaborar una leche dorada o con un poco de cacao puro sin azúcar siempre es bienvenida en esta temporada ofreciéndonos además vitamina D que necesitamos más que nunca en los meses más fríos.
Desaconsejamos la ingesta de alcohol que tiene un efecto diurético y no hidrata sino que puede producir el efecto contrario en el organismo y por supuesto, si nos apetece agua siempre es la opción más aconsejable.
La ingesta de zumos de frutas (aun los naturales), resfrescos u otras bebidas azucaradas también es poco recomendable debido a la gran proporción de azúcar libre o añadidos que poseen en su interior que en nada favorece la salud del organismo.
Los mejores platos para hidratarnos
Así como siempre pensamos en bebidas o líquidos al momento de mejorar la hidratación, no debemos olvidar que aproximadamente un 30% del agua total que ingresa a nuestro cuerpo deriva de preparaciones sólidas. Por eso, algunos platos con alto contenido acuoso también pueden ser de ayuda en los meses más fríos, por ejemplo:
- Guisados y platos caldosos: requieren del agregado de salsas o caldos para la cocción en un mismo recipiente de diferentes ingredientes. Por eso, muchos platos de cuchara de elevada temperatura no sólo son reconfortantes sino también de mucha utilidad para cuidar la hidratación en esta temporada.
- Sopas y cremas: son preparaciones como las anteriores, con elevada proporción de agua en su interior y además, conservan muchos minerales así como vitaminas que contribuyen al adecuado funcionamiento del organismo. Podemos elaborar de todo tipo siendo siempre las más adecuadas las de vegetales u hortalizas varias que son siempre las más nutritivas e hidratantes.
- Compotas: así como solemos reducir la ingesta de líquidos y platos fríos, en invierno cae el consumo de frutas frescas que son una de las alternativas más hidratantes. Una buena opción en su reemplazo son las compotas de fruta de estación que si aprovechamos su jugo de cocción siempre resulta mejor para obtener más agua y electrolitos.
Con estos consejos y preparaciones podrás lograr una buena hidratación en invierno y así, proteger al organismo en los meses más fríos del año.
Imagen | Pexels y Directo al Paladar
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