Si estás intentando cuidar lo que comes con el objetivo de favorecer la salud del organismo y además, estar en forma de cara al verano, debes saber que no es sólo tu percepción sino que comer sano es más caro y así ha quedado demostrado en un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition.
Los alimentos menos concentrados en energía y con mejores nutrientes tienen mayor precio que aquellos que reúnen más calorías derivadas de las grasas, los hidratos refinados y los azúcares, por ello, si has comenzado a cuidar tu dieta hoy dejamos algunos trucos para reducir el impacto de una alimentación saludable en tu bolsillo.
Comienza por tu compra
Como siempre decimos, todo comienza por una adecuada compra, porque lo que hay en en casa es lo que posteriormente se come. Entonces, un buen truco es comprar alimentos de producción local y de estación, pues éstos son los que menores costos de traslado y envasado poseen y por supuesto, los que se presentan en mayor cantidad por la época del año.
Así, obtendremos alimentos nutritivos y a un precio más razonable que los que podemos conseguir fuera de temporada o de importación cuyos costos de traslado elevan considerablemente el precio del alimento.
Por otro lado, es fundamental comprar sólo lo que vamos a utilizar con seguridad de manera de evitar los desperdicios. Para ello, a mi me ha ayudado mucho realizar compras más frecuentes en lugar de sólo una compra a la semana en la que planificaba con mucha antelación y después, los planes podían cambiar anulando las posibilidades de usar lo ya comprado.
Otra opción para comprar más barato y sano es escoger en el mercado local o solicitar a nuestro vendedor aquellas frutas y hortalizas que no tienen buen aspecto o se encuentran mínimamente dañadas, pues aunque generalmente se apartan de la venta pueden conseguirse a un precio muy inferior y ser igualmente útil para cocinar y comer sano como lo ha promocionado una campaña en Francia algún tiempo atrás.
Cocinar en casa aprovechando al máximo los ingredientes
Cocinar y comer en casa es clave para lograr una dieta más sana y barata, pero además es fundamental aprovechar al máximo cada ingrediente comprado.
Para ello, podemos utilizar las sobras con diferentes recetas de aprovechamiento o bien, congelar las mismas para futuras comidas. Otra opción es no pelar las hortalizas y/o frutas hasta después de cocinadas para evitar extraer junto con la piel pulpa que podemos consumir o bien, para ingerir la misma y junto con ella variedad de vitaminas, minerales y antioxidantes.
Otros trucos para aprovechar al máximo y no desperdiciar al momento de cocinar es consumir tallos, hojas, pencas y piel de todas las frutas y hortalizas que podamos, pues ellas son muy nutritivas y nos ayudan a comer más sano sin tirar absolutamente nada.
Los vegetales maduros y/o frutas en iguales condiciones también puedes emplearlos en salsas, en mermeladas caseras y otros platos para que nada se desaproveche. Y si ves que pasan los días y el brócoli que tienes en el refrigerador no lo usas, has como yo y congélalo tras un rápido blanqueado para usarlo en preparaciones de días después.
Por último, utiliza el caldo de cocción de vegetales y/o carnes para no acudir a los caldos deshidratados o sopas comerciales colmados de sodio y aprovechar este agua de cocción que está lleno de buenos nutrientes para el organismo.
Suma alimentos sanos y baratos
Además de los consejos antes dados para poder lograr una alimentación saludable que no impacte considerablemente en nuestro bolsillo, debemos saber que hay muchos alimentos sanos y baratos que podemos incorporar a nuestra dieta fácilmente.
Por ejemplo: legumbres y cereales integrales que conseguimos fácilmente, son versátiles al momento de cocinar y tienen la capacidad de absorber agua por lo que una ración tiene un precio muy bajo.
Además, siempre es recomendable beber agua de forma habitual y evitar zumos así como refrescos que tienen un precio mucho más elevado que la primera y pueden sumar azúcares así como calorías innecesarias a la dieta.
Por otro lado, podemos encontrar alimentos de temporada a muy bajo precio que no podemos desperdiciar y también, algunas promociones que dependiendo del alimento y las posibilidades de uso nos servirán de mucha ayuda para comer más sano sin impactar tanto al bolsillo.
Comer sano es más caro pero siempre podemos echar mano a estos trucos que nos ayudarán a lograr una dieta saludable que no impacte tanto nuestro bolsillo y que represente una inversión en nuestra salud a largo plazo.
Y vosotros, ¿qué trucos empleáis para comer sano y barato?
Bibliografía consultada | Am J Clin Nutr July 2005, vol. 82 no. 1 265S-273S
Imagen | iStock
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