Siempre he sido poco amiga de la comida basura, pero cada día me alejo más de ella porque no me aporta nada beneficioso para la salud. Este enfoque no hace más que verse reforzado cuando me topo con artículos, publicaciones y estudios nuevos sobre el asunto. El último, sobre cómo la comida basura destruye nuestra memoria.
Además de acarrear problemas de salud, peso y nutrición, entre los más conocidos, la comida basura también tiene un efecto negativo en nuestra memoria, destruyéndola poco a poco. Un panorama un tanto desolador del que yo, sin duda alguna y sin pena, no tengo la menor intención de entrar a formar parte.
Dos apuntes sobre la comida basura
La expresión comida basura nació en 1972 de la mano del estadounidense Michael Jacobson, director del Centro para la Ciencia en el Interés Público. Designa a todos aquellos alimentos que no poseen valor nutricional, es decir, que no nos aportan nutrientes. Sin embargo, van sobrados de calorías, sal, azúcar y grasas, elementos que la hacen apetecible y producen sensación de placer.
En los últimos años, a pesar de lo poco saludable que es, la comida basura ha ganado terreno y se ha vuelto muy popular. No tiene nada malo consumirla ocasionalmente, pero es importante mantener a raya su consumo y basar nuestra dieta en la ingesta de alimentos frescos y variados. Esto, unido al uso de técnicas de cocción saludables y respetuosas con el producto, es lo ideal para mantener nuestro cuerpo y mente sanos.
Cómo la comida basura destruye nuestra memoria
Y manteniendo el enfoque de este asunto en el funcionamiento de nuestro sistema nervioso, estudios sobre nutrición y su influencia en el desarrollo del cerebro, como el dirigido por Gene Bowman, Profesor de Neurología de la Universidad de Ciencias de la Salud de oregón, confirman que el excesivo consumo de comida basura puede llegar a producir una pérdida de memoria.
Gene Bowman se distancia del método aplicado en las investigaciones realizadas hasta la fecha, basadas en encuestas a personas sobre su dieta semanal. Su búsqueda de la relación entre comida y envejecimiento cerebral se centra en el estudio directo del tipo de nutrientes que se encuentran en la sangre.
Los resultados obtenidos muestran la existencia de una fuerte relación entre grasas trans y la capacidad cognitiva. Un vínculo inversamente proporcional que demuestra que cuanto mayor es la cantidad de grasas trans que ingerimos, en su mayoría mediante el consumo de comida basura (que no sólo), menor es nuestra capacidad de memoria.
Ya sabíamos que demasiada comida basura es perjudicial para nuestra salud, pues puede provocar aumento de peso, obesidad y otras enfermedades como la hipertensión, diabetes o cáncer, especialmente de colon. Ahora descubrimos que la comida basura destruye también nuestra memoria. Una razón más, por si no había ya suficientes, para replantearse su consumo y marcarse una dieta saludable.
Imágenes | Dennis S. Hurd, Rafael Edwards, Ntcrwler en Flickr
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