Aunque no deja de ser una elección arbitraria, muchas personas escogen el principio de año para abordar buenos propósitos, y dejar de fumar es uno de los que encabezan todas las listas.
No es por ser aguafiestas, pero la mayoría no tiene éxito. Según una investigación publicada en 2002 en el prestigioso Journal of Clinical Psychology, el 23% de las personas ni siquiera logra mantener sus promesas durante una semana. Pasado un mes el 36% ya ha abandonado y solo un 19% tiene éxito pasados los dos años, el tiempo que duraba el estudio. Y ni que decir tiene que dejar de fumar no es la proposición de año nuevo más sencilla de llevar a buen puerto, pese a ser la mejor decisión que puedes tomar para cuidar tu salud.
El tabaco es una sustancia enormemente adictiva. La fuerza de voluntad es una quimera: lo cierto es que muchas personas requieren de ayuda médica para abandonarla, incluida algún tipo de terapia de reemplazo de la nicotina. Es mejor ir al médico que leer este artículo, y si te preocupa engordar, pero piensas que dejar de fumar y hacer dieta al mismo tiempo es demasiado, es preferible dejar de fumar primero, pese a que ganes unos kilos, y abordar la cuestión de la alimentación más adelante.
Dicho esto, si crees que puedes dejar de fumar sin pasar por consulta o te preocupa especialmente la alimentación, lo cierto es que tanto la práctica de ejercicio como la dieta pueden ser buenos aliados en tu objetivo, pues además de ayudarte a acabar con el mal hábito que supone fumar, evita una de las mayores contrapartidas de dejar el vicio, que no es otra que la ganancia de peso.
Las comidas que ayudan a dejar el vicio
Según datos del Servicio Nacional de Salud británico, la gente gana de media 5 kg al año tras dejar de fumar. No es tanto teniendo en cuenta los beneficios de abandonar un hábito tan nocivo, pero para mucha gente el aumento de peso puede ser la excusa perfecta para volver a fumar; y, además, hay diversas investigaciones que apuntan a que algunos alimentos pueden reducir el deseo de encender un cigarrillo. Son estos:
1. Frutas y verduras
Todos nos podemos beneficiar de un aumento en la ingesta de frutas y verduras, pero para las personas que están dejando de fumar puede suponer una ayuda extra.
Según un estudio de la Universidad de Buffalo, publicado en la revista Nicotine and Tobacco Research, los fumadores que consumen una mayor cantidad de frutas y verduras tienen tres veces más probabilidades de dejarlo que aquellos que consumen menos.
La investigación develó, además, que los fumadores que comen más fruta y verdura fuman menos cigarrillos por día, esperan más tiempo para fumar su primer cigarrillo del día y obtienen una puntuación más baja en una prueba común de dependencia de la nicotina.
Aunque se trata de un estudio observacional, los científicos creen que comer más frutas y verduras puede ayudar a dejar de fumar ya que la fibra hace que la gente se sienta más saciada, se trata de un alimento que no potencian el sabor del tabaco y, quizás, reduce la dependencia a la nicotina.
Además, si al tener hambre comemos fruta, evitaremos picar otras comidas más engordantes, que son las que provocan un aumento de peso entre las personas que dejan de fumar.
2. Lácteos
Los lácteos de todo tipo empeoran el sabor de los cigarrillos, dejando un regusto amargo desagradable. Es por ello por lo que, según diversos estudios observacionales, el consumo de leche o yogures puede ayudar a las personas que están dejando de fumar a no caer en la tentación –o, más bien, a que la caída resulte más desagradable–.
Estos mismos estudios apunta a que el consumo de carne, alcohol o café produce el efecto contrario: realza en positivo el sabor de tabaco y refuerza el hábito tabáquico.
2. Caramelos y chicles sin azúcar
Es un conocido aliado de los exfumadores, y, a diferencia de la mayoría de mitos en torno a dejar de fumar, no tiene que ver con creencias esotéricas. Hace ya más de dos décadas que un estudio publicado en la revista Addictive Behaviors apuntaba que mascar caramelos y chicles mantiene la boca ocupada, lo que reduce la necesidad de fumar y disminuye el síndrome de abstinencia propio de la adicción al tabaco.
3. Ginseng
El ginseng (Panax ginseng) es una planta herbácea cuya raíz es un ancestral ingrediente de la medicina tradicional china. Aunque popularmente se usa para tratar multitud de dolencias, lo cierto es que apenas hay evidencia científica sobre su efectividad en ningún campo. Dicho esto, hay investigaciones serias que apuntan a que las saponinas de la planta – glucósidos de esteroides o de triterpenoides que reciben este nombre por sus propiedades semejantes a la del jabón– podrían ser importantes aliados a la hora de dejar de fumar.
Así lo asegura al menos un estudio publicado en Nature que apuntaba que esta sustancia debilita el efecto de la dopamina, un neurotransmisor que está asociado con el placer y se libera al fumar tabaco.
Esta investigación podría apuntar a la utilidad de la raiz a la hora de dejar de fumar, aunque no es para nada concluyente.
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Imágenes | Henrik Jensen/Robin Higgins from Pixabay/iStock
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