Si por cuestiones laborales te toca realizar una comida en un restaurante con relativa frecuencia, te proponemos cuidar tu dieta igualmente si comes fuera de casa, y para ello, os dejamos algunos valiosos consejos.
Aunque siempre es mejor la comida hecha en casa, con nuestras propias manos, si no tenemos más alternativa que comer fuera de casa y no está entre las opciones llevarnos un tupper al trabajo, podemos de todas formas cuidar nuestra dieta de los excesos y escoger preparaciones equilibradas en un restaurante.
Escoger bien dónde comer
La elección del restaurante o el lugar donde vamos a comer puede influir grandemente en nuestra comida, por ello, no debemos restarle importancia a esta decisión, sobre todo, si nos toca comer fuera de casa casi a diario, ya que las comidas escogidas tendrán más peso en nuestra dieta.
Siempre lo recomendable es evitar los restaurantes de comida rápida que nos ofrecen preparaciones muy sabrosas y accesibles pero colmadas de grasas, azúcares y sal con pocos nutrientes buenos para el organismo.
En su reemplazo, lo ideal sería un lugar donde sepamos que la comida es más artesanal y casera, y también es de utilidad que tengan una oferta variada, para poder escoger entre mayor diversidad de platos aquellos que se ajusten a nuestras necesidades.
Consejos para cuidar la dieta comiendo en un restaurante
Una vez escogido el restaurante, debemos tener en cuenta otros aspectos para lograr que nuestra dieta continúe en equilibrio con la ayuda de una buena comida.
Para ello, algunos consejos que podemos considerar son:
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Elegir preparaciones simples, es decir, que sepamos con exactitud de qué se tratan, porque cuánto más elaborado es un plato más riesgo tenemos de que incluya grasas, azúcar o sal oculto, por ejemplo, en reemplazo de una pasta rellena cuyo relleno no sabemos bien qué contiene, lo ideal son unos espaguetis o fideos semejantes.
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Escoge verduras o sopa de primer plato, que son preparaciones con pocas calorías y alto contenido acuoso por lo que sacian sin sumar energía a la comida. Lo mejor es evitar los embutidos, las mayonesas, la mantequilla o semejantes.
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No pierdas de vista los métodos de cocción y si hace falta, pregunta por ellos. Lo mejor es escoger preparaciones al vapor, a la plancha, a la parrilla o hervidas y evitar las frituras.
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Moderar el uso del salero, y en lo posible, no agregar sal a las preparaciones cuando ya las tenemos frente a nosotros, porque de esta forma podemos incrementar considerablemente el contenido de sodio de la comida.
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Evitar los aderezos que suelen contener mucho sodio, grasas y azúcares con pocos nutrientes buenos para el organismo. Si vamos a escoger una salsa, asegurarnos de que sea casera y nutritiva, por ejemplo, una salsa a base de yogur natural, aguacate, aceite de oliva o queso crema.
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Lleva el registro mental de la cantidad que has consumido de cada plato, para que no pierdas conciencia de lo que ingresa a tu cuerpo. Ser consciente de lo que se come mejora el autocontrol en la dieta.
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Escoge bebidas sanas y/o sin calorías. La mejor opción es el agua, aunque con moderación se puede beber vino tinto o algún zumo de fruta natural para acompañar los platos.
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Cuida tu elección al momento del postre, ya que aunque podemos prescindir de ellos, es muy fácil caer en la tentación de preparaciones colmadas de azúcares y calorías. Si a diario comes fuera de casa, lo recomendable es una macedonia de frutas frescas o una fruta como tal, mientras que si comes fuera de casa una vez por semana, puedes disfrutar sin culpa de un flan, una natilla o un arroz con leche.
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Come despacio, saboreando y disfrutando las comidas, ya que esto no sólo te permitirá crear un momento placentero sino que además, favorecerá el control de las cantidades a ingerir y ayudará a un buen proceso digestivo.
Con estos consejos puedes escoger platos más sanos y con mejores nutrientes para comer fuera de casa aun cuando no tenemos total control sobre las preparaciones que se cocinan y estamos por consumir.
Un ejemplo de elección saludable cuando comes fuera de casa sería:
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Primer plato: ensalada de vegetales frescos con vinagreta clásica
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Segundo plato: porción de pescado a la plancha con arroz blanco o tallarines con salsa de tomate o al pesto.
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Postre: macedonia de frutas frescas
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Bebida: agua natural y una copa de vino tinto.
Ya veis que cuidar la dieta comiendo fuera de casa no es muy difícil, sólo debemos tener la precaución de tomar las decisiones adecuadas, sobre todo, si de manera habitual nos toca realizar una comida en un restaurante.
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